Llegado el momento de su prejubilación tras mas de cuarenta años de servicio a los vecinos de Quintanar, Nieves Camarero quiso celebrar el punto y final a su labor como administrativa en el Ayuntamiento, acompañada de compañeros y amigos, con una comida en el restaurante "El Cenador" de la localidad. Poco sospechaba Nieves que esta comida iba a ser precedida por un homenaje sorpresa en agradecimiento a su trabajo durante estos años, y a su valía personal.
Momentos antes de empezar a degustar los platos preparados por Luisal, y sin que lo esperara, Nieves fue requerida por el actual alcalde, Antonio Gil, quien en nombre de la Corporación Municipal le hizo entrega de una placa en la que se lee: "El excelentísimo Ayuntamiento a María Nieves Camarero Benito en reconocimiento por su trabajo y dedicación durante estos años a esta localidad", y un segundo obsequio consistente en un reloj.
Sus compañeros, actuales y anteriores, entre ellos varios ex-alcaldes y miembros de la plantilla que han pasado por las oficinas municipales durante estos años, se sumaron al homenaje, con la lectura de un escrito preparado para la ocasión, y la entrega de varios regalos. Nieves comenzó su andadura en el Ayuntamiento como auxiliar administrativo el 1 de Abril de 1983, cuando contaba apenas 22 años, tras una convocatoria de plaza que ganó resultando determinante para ello su manejo de la máquina de escribir, ya que entre otras materias había estudiado mecanografía.
"Quintanar contaba por aquel entonces con el doble de población que hoy, y con el paso de los años llegué a conocer a todos y cada uno de los vecinos por su nombre y apellidos", "Todo ha evolucionado mucho, poco tiene que ver la forma de trabajar actual con la de mis inicios, todo era más cercano, mas directo. Ahora existen otros medios y se requiere más inmediatez, pero nunca se ha perdido el buen trato".
Nieves reconoce haberse sentido siempre a gusto en el desempeño de su labor, en la que se ha esforzado por que la gente quedara contenta y se muestra satisfecha por haber podido ayudar a los vecinos. Tiene un recuerdo y un agradecimiento especial para Ángel Benito, de quién en sus primeros años aprendió mucho y del que siempre recibió cooperación y ayuda. Concluye que: "El secreto de un buen trabajo es realizarlo a gusto"