Germán Martínez Rica
25 de agosto de 2019, 18:41
El bar las Nubes de Salas registró un gran aforo para escuchar de primera mano la charla sobre Geocaching impartida por Ritxi Ostáriz. Consiste, por parte de una persona, en esconder objetos en el campo o en la ciudad y posteriormente apuntar las coordenadas geográficas de ese punto mediante un receptor GPS y hacerlas públicas (por lo general en sitios web especializados) para que otras personas puedan efectuar su búsqueda. En estos lugares donde se publican las coordenadas, la gente puede entrar a consultar tesoros escondidos cerca de su casa o por alguna zona donde vaya a hacer un viaje. La etiqueta marca que quien encuentra uno de estos tesoros. El "tesoro" básico contiene un cuaderno (logbook) donde apuntar tu nombre para que quede registrada tu visita. Hay tesoros con contenedores más grandes (que suelen ser fiambreras de diferentes tamaños) en los que además del logbook, hay objetos de pequeño valor que puede llevarse el que descubre el tesoro, pero siempre bajo la premisa de que si te llevas algo, tienes que dejar a cambio algo de igual o mayor valor para el siguiente geocachero que lo descubra. Entre los objetos que pueden dejarse en el contenedor, también están los travelbugs y geocoins, que son "objetos viajeros", es decir, puedes y debes sacarlos del contenedor pero no puedes quedártelos, sino que tienes que llevarlos a otro "geoescondite" para ayudarles a cumplir su misión (para saber la misión de estos objetos hay que meter el código que portan en la página de geocaching).