Los presidentes de las nueve Diputaciones de Castilla y León se reunieron hoy en León para debatir sobre el problema que supone la despoblación, particularmente la del medio rural, y apuntaron a la necesidad de “generar servicios esenciales, oportunidades de empleo e infraestructuras” como soluciones.
El presidente de la Diputación de León, Juan Martínez Majo, aseguró que Castilla y León es una comunidad “eminentemente de medio rural, donde la parte urbana tiene menor peso”, motivo por el que es necesario “ponerse manos a la obra para poner freno a un problema que viene del siglo pasado”.
Martínez Majo apostó por “corregir el desequilibrio entre el mundo rural y el urbano” mediante medidas concretas “de tipo fiscal, laboral, incentivos en materia de vivienda o facilidades para que los jóvenes puedan asentarse en el medio rural y tener sus servicios básicos cubiertos” para “hacer atractivo el medio rural”.
Consciente de que “el nivel de servicios que ofrece una capital es muy difícil que lo ofrezcan muchos pueblos prácticamente despoblados”, Majo insistió en la calidad de vida que puede aportar el medio rural, lo que unido al desarrollo industrial, “puede generar grandes beneficios”.
El consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez Quiñones, también participó en las jornadas sobre despoblación organizadas por el Diario de León, donde aseguró que la Junta de Castilla y León ha sido una “abanderada” en la lucha contra la despoblación con “la elaboración en 2010 de la agenda para la población, la constitución de un Consejo de Políticas Demográficas o diferentes iniciativas como la puesta en marcha del Foro de Desafíos Demográficos”.
Un gobierno autonómico que “ha hecho sus deberes” pero que requiere de un esfuerzo económico suplementario ya que “educar a un niño en el medio rural cuesta un 40 por ciento más que en el medio urbano”, lo que unido al envejecimiento, supone un encarecimiento de las políticas que se deben reconsiderar en los presupuestos destinados a las comunidades autónomas.
Es por ello que Suárez Quiñones hizo un llamamiento a Europa para que “modifique su estrategia para llevar a los distintos fondos de cohesión territorial una perspectiva contra la despoblación que ahora mismo falta”.
Por su parte, el presidente del Consejo Económico y Social de Castilla y León, Germán Barrios, recordó que la Comunidad se enfrenta a dos retos importantes como son el desempleo, que requiere de una intervención a corto plazo, y la despoblación, para la que se deben establecer medidas que frene la pérdida de población existente en el medio rural.
Para Germán Barrios, “la solución a la despoblación se llama empleo”, algo que se hace evidente porque “las tasas de desempleo más altas de jóvenes y mujeres están en el mundo rural”, ante lo que se han de establecer “medidas para frenar la pérdida de habitantes que se produce desde principio de siglo” y que ha hecho que desde 2011 el 90 por ciento de los municipios de Castilla y León pierdan población.
Actualmente, un 20 por ciento de la población de la Comunidad Autónoma vive en el mundo rural, lo que supone que más de 700 municipios tienen una media de menos de 60 habitantes, un problema ante el que la solución pasa por la financiación a las entidades locales para promocionar a la mujer en el campo y para promocionar el empleo a los jóvenes en el medio rural.
Otro de los ejes que se ha de tener en cuenta, señaló Barrios, es “la falta de infraestructuras”, para lo que se debe dar prioridad “al Corredor Atlántico que es vital”. También se debe dar “conectividad al medio rural” mediante la fibra óptica para que exista “suelo para la inversión y para el empleo”, porque “si no hay empleo la gente se irá”.
Una vez que todo ello esté dispuesto, será necesario “dar servicios en el medio rural”, para lo que se deben crear “estructuras intermedias que generes eficiencia, competitividad y posibilidades de generar entornos industriales” mediante “una ordenación territorial con visión de Comunidad”.