Dicen de ella que es una de las representaciones más bellas y dramáticas de nuestra épica castellana y es que lo que se hace en Castrillo de la Reina cada mes de agosto es verdaderamente increíble y digno de alabar. Nada más y nada menos que 28 años seguidos subiendo a escena la leyenda de los Siete Infantes de Lara y haciéndolo, además, de una forma magistral consiguiendo el éxito en cada edición y atrayendo a publico de distintos rincones de la geografía española.
Lo más sorprendente de todo es, además, que esta hazaña teatral la consiguen cada año los propios vecinos de esta localidad. No son actores ni mucho menos, son los que viven en Castrillo de la Reina todo el año o vienen al pueblo en verano los que se encargan de poner en escena el espectáculo más bello que se realiza en todo Castilla y León con respecto a la obra de ‘El bastardo mudarra’, de Lope de Vega.
En un pueblo de unos 200 vecinos, la mitad forman parte del equipo con el que se rema para que todo salga perfecto cada una de las tres noches que tiene lugar esta obra, los días 9, 10 y 11 de agosto (22 horas). 35 de ellos son los que suben a escena y son unos ocho los actores que llevan el peso fuerte de la obra con escenas muy difíciles de ejecutar, incluso para alguien profesional.
Y es que Almanzor en su vida diaria trabaja en una fábrica, Gonzalo Gustios con el camión de prevención de incendios, Doña Lambra da clases de restauración y Rui Velázquez trabaja en Kronospán. Pero durante los tres días de la representación se meterán en el papel hasta casi olvidar que viven en pleno año 2018.
Bajo las estrellas y en un marco incomparable, los castrillenses se suben al escenario situado en el pórtico gótico de la iglesia y cautivan a las más de 1.500 personas que cada año acuden para disfrutar de este momento. Cabe recordar que al ser al aire libre hay que llevar ropa adecuada para la ocasión.
Reservar las entradas.
La escenificación de la obra de Los Siete Infantes de Lara en Castrillo de la Reina causa furor cada año y siempre llena el aforo cada noche, con 400 entradas en cada representación los días 9, 10 y 11 de agosto.
Tanto es el éxito que la organización siempre aconseja reservar las entradas de una forma muy sencilla. Cuestan tan solo 5 euros por persona y se deben reservar llamando al número de teléfono 676 356 766. De este modo, se consigue una mejor organización del espacio y evitar que nadie pueda quedarse fuera en caso de acudir sin entrada.
Para las personas que quieran venir desde Burgos capital se ha preparado un autobús que saldrá a las ocho de la tarde y regresará después de la función, a las doce de la noche. Todo ello por 7 euros, más 5 euros la entrada. “La responsabilidad es muy grande y los vecinos lo saben. Durante tres días estarán delante de unas 1.500 personas y eso siempre causa respeto. Sobre todo porque se trata de gente que no son verdaderos actores, ni siquiera son aficionados que hayan estudiado algo de teatro. Son vecinos de Castrillo que tienen sus trabajos como cualquier otra persona”, confiesa Abilio Abad, director de la obra.
Como cada año se intenta perfeccionar al máximo cada detalle de esta representación. La iluminación, el sonido y también el vestuario son algunas de las cosas que se han mejorado para esta nueva ocasión. “Nos apoyan las instituciones, sobre todo la Diputación de Burgos que nos ayuda a mantener el precio simbólico de 5 euros la entrada”, concluye Abad.
Su director, Abilio Abad.
Es Abilio Abad una persona que no deja a nadie indiferente porque su implicación por la comarca de Pinares y en concreto por su pueblo, Castrillo de la Reina es muy importante. Persona llana, sencilla y que sabe conquistar con su naturalidad y personalidad joven. Así es el artífice de esta hazaña que se repite cada mes de agosto en Castrillo de la reina. Él es el director que no ha cesado en su empeño por poner en valor su pueblo y esta obra desde 1991.
Abad recuerda cómo fueron aquellos comienzos en los que cada año se hacía una obra con la dificultad que eso entrañaba. “Así que decidimos hacer algo que pudiera hacerse a modo de ritual todos los años y, tras investigar, me decidí por la leyenda de los Siete Infantes de Lara. Escogí la obra de Lope de Vega, que creo que es la mejor que hay, y a esto le sumamos el Romancero -adaptado- y unas pequeñas escenas de un auto del siglo XVI. A todo ellos le hice una adaptación, pero prácticamente sin añadir nada personal o muy poco. Es un texto que verdaderamente engancha al público. Muchos de han llegado a decir después de ver la obra: “dígame usted que esto que he visto es cierto”, confiesa entre risas Abilio Abad.
Explica el director que la implicación del Ayuntamiento en que este reto teatral salga cada año adelante es “espectacular y digna de mencionar. El Ayuntamiento nos apoya en todo y eso es vital para que podamos continuar con las mismas ganas todos los años”, concluye.