Jesús Orte Garicochea podía haberse ido de excursión este fin de semana a las tierras asturianas, como ha programado la Asociación Micológica, pero tenía que estar en la tala, arrastre y pingada del pino mayo en Navaleno.
Lleva desde adolescente, y está a mitad de los cuarenta, colaborando en la práctica de la pingada del pino mayo en Navaleno, con muchos cambios, tanto de forma de traer el pino, durante años arrastrado en tractor, con grúa para la pingada, a luego los bueyes, o “a huevo” en la actual.
Orte, junto con jóvenes del pueblo, acuden días antes de la pingada para ver el pino que puede resultar más propicio en el rito convertido en fiesta. En la tarde del jueves 30 de abril, y tras quedar en El Bar El Pajarito, se encaminan al monte, se corta el pino, y se trae con la colaboración de los presentes y la simple ayuda de un “apoyo” con dos ruedas.
La entrada en el pueblo se hace ya por la noche, y vecinos y visitantes miran con regocijo el paso del séquito. El pino se descarga en el lugar más próximo al enclave donde al día siguiente va a ser erguido, en las cercanías del consultorio médico, junto a la calle Cañada Real.
La pingada se programa para el día 1 de mayo a las 13 horas, con la ayuda de las tijeras de madera y las sogas, y el acompañamiento de la música. Mientras, se va preparando la comida, que degustarán posteriormente los participantes tras la ronda por los bares. Semanas antes el grupo colaborador, y quienes se quieren sumar a la fiesta, se inscriben para registrarse y hacer frente a los gastos.
