En Huerta de Arriba los encargados de organizar el día del Mayo son los propios mozos y alcaldes del pueblo; desde hace años se viene celebrando el sábado para que así puedan ser más las personas que participen.
Una tradición en la que Carlos Tobar, elegido alcalde del año 2018, recuerda la importancia que hay de mantener esta fiesta y todas las tradiciones que se celebran en el pueblo. “Hace que la gente se junte en fechas determinadas, por temas de trabajo ahora coincidimos menos en el pueblo y este tipo de tradiciones hace que nos juntemos” comenta.
Una fiesta que en Huerta viven con mucho entusiasmo y que él mismo ha vivido desde que tiene 14 años. Esta elección de alcalde se realiza el propio día del Mayo tras la comida de lechazo asado que celebran en Hoyocarzo todos los mozos del pueblo y en la que cada persona vota a tres posibles alcaldes para ese año. “Se suele tantear un poco el terreno para ver quien quiere salir o por edad quien le toca; yo me puse de acuerdo con Rodrigo y Gonzalo y comentamos que nos gustaría salir juntos”.
Los más jóvenes se juntan desde primera hora de la mañana para desayunar antes de partir hacia Hoyocarzo, donde junto al guarda y al alcalde del pueblo se elige el pino que se tiene que tirar para después bajarlo hasta la carretera y subirlo al dumper que lo llevará hasta el propio pueblo. Hace unos años los jóvenes volvieron a ver la tradicional Pingada del Mayo con unos bueyes que fueron los encargados de arrastrar este pino desde la entrada del pueblo hasta donde se pinga, “ese año quedó espectacular y muy bonito porque fue muy tradicional” comenta Carlos.
También reconoce que la climatología influye mucho a la hora de que la gente se anime a venir a esta fiesta. “Los años que hace bueno es increíble la cantidad de gente que viene, en cambio cuando llueve solemos ser menos”.
Otro de los momentos que los mozos viven con euforia es la bajada desde Hoyocarzo al pueblo en los distintos coches detrás del Mayo, en la entrada del pueblo esperan el resto de vecinos que los acompañan entre los pitidos de los coches hasta Jarrín en la subida al cementerio donde ya se tiene preparado un agujero de hormigón. Aquí es cuando también colaboran otros vecinos de más experiencia a la hora de pingar el pino. La fiesta termina por la noche con una discomóvil.
Tolbaños de Arriba
Otro de los pueblos de la Sierra de la Demanda que vive la Pingada del Mayo con mucho entusiasmo es en Tolbaños de Arriba.
Además, allí durante la última celebración que pudieron realizar se recuperó la Pingada infantil en la que los más pequeños fueron los verdaderos protagonistas. Una manera de inculcar esta tradición a los más pequeños para que en el futuro no pierdan la tradición de la Pingada del Mayo y pueda mantenerse.
Las caras de felicidad de los más pequeños era sin duda uno de los mejores momentos, no sólo cuando tiraban del Pino sino también cuando lo pingaron y después al ver su resultado.
Una pingada en la que incluso los más pequeños no pudieron perderse y pusieron su granito de arena.