Con motivo de la festividad de Santa Marta, patrona de los hosteleros, la Agrupación Soriana de Hostelería y Turismo, ASOHTUR hacía entrega de los galardones anuales a negocios del sector en la provincia de Soria.
Entre los galardonados, estaba Mariano Miguel Lucas, de Navaleno, quien durante 54 años ha estado trabajando en El Bar, primero en 'El Sastre, de la calle del Medio; y más tarde, y durante unas 43 en El Bar Pinocopa.
Los reconocimientos se han centrado este año, en esta séptima edición, en El Virrey Palafox, de el Burgo de Osma, como 'Establecimiento Hostelero 2019', y en El Hostal Restaurante Doña Juana, de Ágreda, como 'Empresario Hostelero 2019'.
El acto se ha desarrrolado en el Hotel Restaurante Leonor y que congregaba a miembros de la agrupación así como a autoridades locales y provinciales.
Junto a Mariano Miguel, en la sesión también se hacía el reconocimiento a regentes de negocios que este año accedían a la jubilación, como ha sido el caso de Ángel Sanz, propietario del restaurante Calasanz en Castejón del Campo (Almenar); y Carlos Pescador, que regentó los restaurantes Santo Domingo I y II.
ASOHTUR también ha querido recordar a responsables de negocios del sector que han fallecido en los últimos meses, como han sido Marcelino Pérez, del Mesón Marcelino en el Burgo de Osma; y Manuel Zamora, que regentó con su esposa Ana María Lázaro el bar Oasis en la capital soriana.
Mariano Miguel ha logrado ser un auténtico profesional de su trabajo en un bar, desarrollado durante 54 años.
“Casi 43 años he estado en El Pinocopa de Navaleno, y otros once con mi padre en el Bar del Sastre”, comenta el avispado barman que ha sorprendido a varias generaciones con su soltura para moverse por l a barra, “Empecé a ayudar a mi padre a los 14 años en el bar”, recuerda el ya jubilado regente de un establecimiento que ha sido durante años referente en toda la zona, abriendo el primero y estirando la noche como el que más, hasta dar cabezazos en la mesa tras una larga y concurrida jornada mientras se espera la entrada del último cliente.
De memoria prodigiosa, trato afable y gran capacidad de trabajo, Mariano ha dado durante años un servicio como si fueran un hipermercado, con venta de pilas, alquiler de películas, préstamos a personas de confianza, chuches, y un sinfín de artículos difíciles de hallar por estos lares y con ese servicio tan constante.