La octava edición de la matanza del cerdo en Navaleno se desarrolló con cielos cubiertoss, sin lluvia pero con viento, y sensación más invernal.
El programa siguió unas pautas que ya se han hecho tradiconales, con el sacrificio de un gorrino de 115 kilos de peso,, reparto de pastas y moscatel, elaboración de los primeros chorizos y morcillas, y reparto de las viandas entre los presentes en la plaza, junto al Ayuntamiento.
Al finalizar el acto, se procedió al sorteo de la canal del cerdo entre dos de los participantes en la adquisición de boletos de todas estas semanas, y, para un tercero, los chorizos elaborados durante el rito en el mediodía del sábado.