La misa oficiada por párrocos de la zona ,con asistencia de los representantes locales y vecinos en general, es en este lunes 10 de agosto el único acto de las fiestas tradicionales en honor a San Lorenzo en la poblacion de Covaleda.
Los vecinos han ido llegando con antelación a la iglesia de San Quirico y Santa Julita, donde se han extremado las medidas de seguridad, separación entre los asistentes, así como invalidando bancos para su uso, de forma alternativa, en las sucesivas filas.
El coro parroquial ha amenizado con sus temas el desarrollo de la ceremonia. Mientras tanto, algunos vecinos comenzaban a ocupar las terrazas de los bares en el centro de Covaleda que, posteriormente, han sido escenario del `popular vermú, con bastante menos gente que otros años por estas fechas.
Desde la fachada de la Casa Consistorial covaledense lucían las camisetas de las diferentes peñas de Covaleda, en recuerdo a estos grupos dinámicos que todos los años aportan alegría y ambiente en los festejos.
Si preguntamos a los vecinos de Covaleda que ya han rebasado los 60 años, muchos de ellos te dirán que “no hay fiestas como las de antes”, por su alegría espontánea, el ambiente familiar, la gente que llegaba de otros pueblos. Sin embargo, si hablamos con los jóvenes te insistirán en el gran ambiente que estos últimos años está habiendo en la población, con actividades a todas las horas.
“Este año hemos optado por suspender todas las fiestas”, comentaba el alcalde, José Llorente, quien vivió el pasado año los festejos como presidente de la corporación. “Sigue habiendo preocupación en el pueblo, y es que aquí se ha pasado muy mal”, reafirmaba el primer edil.
UNA MIRADA A HACE SEIS DÉCADAS
Tomando como referencia del pasado un programa de fiestas de 1960, uno se da cuenta que todavía sigue manteniendo Covaleda actos tradicionales que se vivían en esas fechas. Es singular el recorrido a caballo momentos antes del pregón con los heraldos anunciando la entrada en las fiestas, con paradas en distintas calles, y la Banda de Música amenizando el recorrido, algo que ya se hacia sesenta años atrás “con repique general de campanas y disparo de cohetes y bombas reales”.
El día grande, el de San Lorenzo, el 10 de agosto, también se comenzaba con dianas, al igual que en la actualidad, procesión con la imagen del santo y misa mayor, en aquel caso con el Orador Sagrado Filiberto Gómez Pardo, Magistral de la Iglesia primada de Toledo. Por la tarde, los partidos de pelota, que siguen siendo enseña del municipio, y por la noche las verbenas musicales y los fuegos artificiales, en 1960 con el afamado pirotécnico zaragozano Hijo de Ángel Sanz. Una de las diferencias es que la plaza se llamaba Plaza del Caudillo, por aquellos años.
El día 11 se incluía la misa de difuntos, y se añadía la ofrenda de la Corona al Monumento de Los Caídos. Posteriormente, y al igual que en los actos del noventa aniversario, la Banda de Música interpretaba un repertorio muy querido por los vecinos, que en aquella ocasión estaba compuesto por: el pasodoble ‘Viva Aragón que es mi tierra’; el ‘Adagio de la Sonata 14’ de Beethoven; ‘Goyescas’ de Granados; ‘Los Gavilanes’ de Guerrero; y ‘Evocación’ de Cebrián. Por la tarde, se disputaban los partidos de pelota a mano en el frontón, la verbena en la plaza y los fuegos artificiales.
El día 12 continuaba con pasacalles a mediodía, y nuevo concierto de la Banda de Música con otro repertorio, también en los jardines. Por la tarde, partido de fútbol entre los de Covaleda y un equipo de Soria. El día 13, antes de la caldereta en El Cubo, se diputaba ‘El Gran Concurso del tiro al plato’.
El desfile de peñas y carrozas, en la víspera, el baile de la jota y rueda de Covaleda el día 11 con las mujeres ataviadas con el traje de piñorra y los partidos de pelota profesionales en el polideportivo son sin duda tres de los cambios significativos que se han ido asentado durante estas últimas décadas, a lo que se ha sumado también el ambiente de peñas ubicadas en distintas calles de la población.
