La celebración de Carnaval es una de las fechas que cada vez más localidades pinariegas añaden a sus calendarios. Sin embargo, algunas de ellas, llevan festejando estos días desde hace muchos años, siendo ya una tradición que engloba una marca de diferencia en el pueblo, como es el caso de Muriel Viejo.
Las celebraciones comienzan con la pedida 'al Gallo', una de las actividades que se realiza en varios pueblos pero con un nombre diferente, como es el caso de Navaleno con las 'Cuarentenas'. En este caso, se hace referencia al gallo por ser el animal y personaje central en la fiesta de Carnaval antiguamente. Este permanecía colgado mientras se cantaba y bailaba pero poco a poco fue desapareciendo por tratarse de un acto un tanto desagradable y macabro.
Por lo tanto los alumnos del colegio e instituto de entre 13 y 15 años, aproximadamente, recorrerán las calles de Muriel, que como afirma el alcalde de la localidad Carlos González "antes del Covid se iba a las localidades vecinas, Talveila, Cabrejas, San Leonardo... pero ahora se ha reducido a las calles del pueblo".
Tras la 'pedida al Gallo', cuando empieza a anochecer, salen las vaquillas persiguiendo a la gente del pueblo. Se trata de un disfraz característico que han adoptado varias localidades para perseguir a los vecinos y que se asemeja a los atuendos más conocidos como 'La Tarasca' en Hacinas o 'La Barrosa' en Abejar. Y por fin, con lo recaudado ese día, tendrá lugar una cena en el bar el sábado, donde se juntan los vecinos para disfrutar de la compañía y un buen ambiente.