La primavera es uno de los momentos más importantes para las setas comestibles, el monte se encuentra en su máximo esplendor con diversidad de flores, plantas, brotes y la mejor temperatura para la recolección. No obstante, hay que tener en cuenta que la primavera es una estación con temperaturas muy cambiantes en algunas zonas como es la de Pinares, por lo que es posible que haya especies que ni si quiera aparezcan.
La variedad de setas en esta época del año es mucho menor que la que se encuentra en otoño, pero, no significa que la calidad de las mismas también lo sea. Desde la Asociación Micológica de Navaleno comentan que, aunque a finales de febrero ya empezaron a verse los primeros marzuelos y los perrechicos también han asomado el sombrero, esta temporada ha sido escasa. A pesar de las lluvias y el buen estado de los montes, no ha habido la fructificación que se esperaba.
A la hora de ir a buscar setas también hay que ser conscientes de que no todo el monte es orégano y, por tanto, no siempre se va a encontrar algo. Es necesario que en esas salidas a la naturaleza no solo se vaya con el objetivo de cosechar, sino también de aprender a disfrutar del paisaje, de la montaña, de la fauna y de sus plantas y flores. Tras los meses de frío, las plantas también despiertan del letargo y salen en busca del sol. Aparecen los primeros brotes y yemas en las ramas, el campo experimenta su mayor crecimiento y empieza a llenarse de color y belleza y a emanar una gran pluralidad de olores.
Con motivo de dar visibilidad y proyectar la relevancia que tienen en la comarca de Pinares las setas y plantas de primavera, el sábado 15 de junio la Asociación Micológica de Navaleno organizó la XIV Jornada de Setas y Plantas de Primavera. La iniciativa comenzó a las 10:00h de la mañana con una visita guiada por la zona de los Vallejitos y Navalcubillo de Navaleno, de la mano de David Romero Moyano, miembro de la Asociación Cultual Cantharellus; técnico forestal; conocedor de las plantas del Sistema Central e Ibérico y divulgador de la riqueza micológica.
Durante las dos horas que duró el recorrido, los asistentes descubrieron las peculiaridades de distintas plantas como el gordolobo, el tomillo salsero o el espliego, entre otras. A continuación, en el Centro Micológico, se realizó una pequeña elaboración culinaria con parte de lo que se recolectó. Una tortilla de bardana y una caracola de pasta con pesto de diente de león fueron las dos tapas que se degustaron.
A las 19.00h de la tarde, José Cuesta Cuesta, experto micólogo y natural de Canicosa de la Sierra, dio una ponencia con una proyección de imágenes sobre las setas más comunes de primavera en la comarca. Tras la charla, realizó una pequeña muestra con veinte setas clasificadas, entre las que se podían encontrar: amanitas, rebozuelos, boletus aereus, cortinarius y alguna russula.