Durante esta temporada, abre sus puertas La Clínica de Fisioterapia Pinares, una de las de mayores dimensiones y con más dotaciones de las provincias de Burgos y Soria. El servicio está impulsado por una profesional del sector, Soraya Álvarez Alonso, de Navaleno, y con ascendencia de Canicosa de la Sierra por vía paterna, quien transmite ilusión y confianza en este proyecto con el que fija población y crea empleo.
Dinámica y resolutiva, Soraya, tras sus estudios en los centros educativos del colegio de Navaleno, y el IES San Leonardo, se licenció en Fisioterapia en la Universidad Miguel Hernández de Elche (Alicante) y volvió a Navaleno desde donde ha trabajado en distintas clínicas de fisioterapia de Soria y la comarca pinariega.
Tras la experiencia que va acumulando durante sus primeros años como profesional, Soraya decide dar el paso para afianzar el servicio de fisioterapia en Navaleno. La primera gestión fue la adquisición de dos locales ubicados en una vivienda de la Avenida de la Constitución 78, junto a la travesía de la población.
El Centro de Fisioterapia Pinares cuenta con unas completas instalaciones y diversos compartimentos, tanto para las sesiones de masajes, como de mesoterapia, magnetoterapia, parafina, crioterapia o presoterapia, por citar algunas de las disciplinas, o la de rehabilitación con máquinas diseñadas y preparadas para este objetivo.
A estas técnicas, se une el espacio de rehabilitación, orientado a la recuperación de las personas con dolencias musculares, intervenciones quirúrgicas, vendaje neuromuscular, puesta a punto para los deportistas…
Para ofrecer el servicio, Soraya ha tenido que recorrer un largo camino de tramitación y papeleo, de licencias, inspecciones y revisiones…Dos años han pasado desde que surgió la idea, se hizo la compra del local, se iniciaron las obras y se solicitaron los primeros permisos. Y en diferentes administraciones, sus peticiones se han visto ralentizadas.
Soraya Álvarez confía en culminar acuerdos con mutuas y empresas para que parte de los trabajos que se debían al hospital y centros de salud, pueden desarrollarse en estas instalaciones en las que se ha invertido dinero, trabajo, esfuerzo, pasión y paciencia, apoyada por su marido, Álvaro Ortego. “También quiero hacer bonos para las personas que trabajan en distintas empresas, a fin de poder hacer más asequible el tratamiento”, comenta Soraya, quien espera ofertar un completo servicio para la comarca pinariega, desde Navaleno, con posibilidad de contratar a más personas y dar cabida para que distintos profesionales puedan desarrollar aquí su trabajo.