El nuevo libro sobre el yacimiento de Revenga, editado y publicado por la Diputación de Burgos en colaboración con la Universitat de Barcelona y los tres municipios gestores del Comunero de Revenga, resume la información acumulada durante las campañas de excavación desarrolladas en los últimos años. Unas campañas que han permitido documentar vestigios muy anteriores a los de la propia necrópolis.
Karen Álvaro Rueda, una de las autoras del libro, insistió en la presentación realizada en la Diputadión de Burgos el viernes 13 de octubre que el equipo multidisciplinar desplegado desde 2014 en la zona ha podido corroborar la presencia de pobladores desde, al menos, el siglo V, es decir, cinco siglos antes de la construcción de la iglesia documentada en el entorno. Eso sí, por el momento se sabe poco de esos pobladores tardorromanos, más allá del hecho de que vivían de los recursos del bosque y la ganadería y que formaban una comunidad pacífica, sin necesidades defensivo.
A partir de ahí, el objetivo de los investigadores pasa ahora por intentar conocer mejor “cómo vivían”, con qué tipo de industria contaban o cuáles eran sus principales rasgos culturales para dibujar así el pasado de un entorno enclavado en el Alto Arlanza y Alto Duero, donde ya se han documentado numerosos asentamientos de este tipo. Se trata, no obstante, de un trabajo complicado, ya que los yacimientos de esta época no cuentan con una gran capa sedimentaria, por lo que las excavaciones han de ser muy minuciosas.
Tanto el equipo investigador como las instituciones vinculadas al proyecto han querido ir un paso más allá y mostrar al gran público los resultados de las diferentes campañas desarrolladas hasta la fecha. Por eso se ha decidido editar el libro, que surge con el objetivo de “divulgar” toda esa información desde un punto de vista “científico” adaptado a la comprensión de todos.