Ceni García nos cuenta que tras tener que suspender el año pasado por la pandemia,
el grupo de teatro ‘La Candelaria’ estaba deseando poder volver a subirse al escenario del Teatro Juan Yagüe como ha venido haciendo en fiestas de Candelas y San Blas para ofrecer al público una comedia que nos haga olvidar los problemas cotidianos.
A fecha de hoy está previsto realizar tres representaciones con las medidas sanitarias que marque en el momento puntual las autoridades sanitarias. Dirigidos y supervisados, como siempre, por Gerardo Blanco y con el elenco habitual en esta ocasión pondrá en escena la obra de Alberto Miralles ‘Comisaría especial para mujeres’. La obra se desarrolla en aproximadamente hora y media con nueve actores participantes en esta ocasión, más la apuntadora Meli Romero que lleva casi tantos
años como Gerardo.
Alberto Miralles presenta en clave de humor un mensaje desafiante y tremendamente actual: Si hace falta una comisaría especial para la mujer, es porque las actuales, mayoritariamente regentadas por hombres, no dan el servicio que se necesita. Es decir, difícilmente va a atender correctamente a una mujer un hombre que tal vez haga en caso lo mismo con su mujer.
El humor es la manera más desafiante de la crítica social. La risa parece suavizar la dureza de los casos que se presentan en escena. La comicidad de los personajes desdramatiza y alivia el mensaje de sus situaciones particulares: Abandono del hogar, violaciones, drogadicción, maltrato doméstico y prostitución.
El punto de partida es desgraciadamente muy actual. Ante el aumento de casos de violencia de género el Ministerio decide crear una comisaría especial para mujeres. Después de la foto en los periódicos, el Ministerio apenas ha dotado de medios a la comisaría y las únicas que parece que no se han enterado de su existencia son precisamente las mujeres víctimas de la violencia de género. Cuando el desánimo por la falta de casos les inunda, desde jefatura les informan que se va a enviar a un comisario especial para efectuar una inspección sobre el funcionamiento de la comisaría.
Este es el contexto al que van a tener que enfrentarse los personajes de la obra. Una ‘jefa’ de comisaría con tendencia a la histeria, una policía con más ‘agallas’ que el toro miura del encierro de San Fermín, otra policía más pendiente del color de las uñas y de si el rímel está perfecto, una limpiadora con vocación de filósofa tremendamente meticona… etc. Y unas clientas, que si bien no son exactamente lo que esperaban, no dejan de exigirles toda su imaginación para solventar sus problemas.
Variados personajes y problemas empiezan a entrar en la Comisaría, por lo que las agentes tendrán que echar mano de toda la imaginación y recursos para conseguir que ningún error haga peligrar la continuidad de la comisaría.
Ceni nos cuenta que se encuentran en este momento inmersos de lleno en los ensayos de la que es “una comedia divertida, con nueve personajes, cada cual más especial, que irán compartiendo e hilvanando sus dramas respectivos, siempre desde el humor, y que darán como resultado situaciones absurdas, demenciales y a la vez muy cotidianas, generando la complicidad del público y su sonrisa” que esperan que como siempre guste mucho y sea todo un éxito y volver a disfrutar del escenario tras tiempos tan duros.