
Su propósito es defender a un sector que existe desde las primeras civilizaciones y que está siendo tratado y atacado injustamente agravando así el problema de la despoblación rural. En estos últimos 25 años la población que tiene las ciudades ha cambiado radicalmente su visión del mundo rural y del sector ganadero. Y es que de forma lenta y sumamente peligrosa ha pasado de ser un sector con presente y futuro y con una imagen positiva a considerarse del todo prescindible. Según el autor ha surgido un nuevo fenómeno social que se conoce como el “animalismo” o la consideración de los animales con los mismos derechos que los seres humanos. Óscar cree que esta es una percepción errónea que está derivando en prescindir de todos los productos alimentarios de origen animal tratando a la ganadería como un sector poco ético e insostenible. Un sector que en su opinión produce alimentos poco sanos para los seres humanos con imputaciones injustas y muchas veces carentes de fundamento y rigor. Esta visión ha llevado al surgimiento de nuevos modos de alimentación como el veganismo y más recientemente de otras que promueven la alimentación de los seres humanos con productos artificiales que comienzan a ser un “pienso” para humanos.