Covarrubias, la villa rachela, también se suma a las localidades que tras dos años de parón vuelven con las clásicas procesiones y eventos de la Semana Santa. En el caso de este municipio, uno de los eventos que más destaca, por no decir que es el más llamativo, es, sin duda, la Pasión Viviente, que además, este año se ha sumado a la lista de Fiestas de Interés Turístico Regional de Castilla y León. Es además la procesión viviente más antigua de Castilla y León y la única en este formato de representación, totalmente inmóviles, sin articular palabra. Es una de las más antiguas nivel nacional y única en su estilo.
Como cada Viernes Santo desde 1970, la villa rachela se prepara para celebrar la Procesión del Santo Entierro con estaciones vivientes. Sus vecinos se encargan de la representación silenciosa de 12 escenarios, que aunque estáticos, generarán en el asistente un un viaje muy intenso por el trascurso de la historia desde la Última Cena hasta un Descendimiento que se ubica dentro de la colegiata del siglo XV. Esta procesión, en la que el visitante debe realizar el camino para conocer cada escena, comienza por la noche frente a la mencionada colegiata. En cada escena, los personajes adoptan unas posturas fijas y permanecen completamente inmóviles durante largo tiempo, dando la impresión al que lo contempla de estar viendo auténticas imágenes pintadas o esculpidas, a modo de esculturas vivientes.
Los pasos permanecen escenificados hasta que la procesión entera ha pasado, de tal manera que hay veces que los actores han estado hasta una hora inmóviles en sus puestos. Sin duda este espectáculo hará las delicias de los asistentes y provocará un sentimiento de emoción al ver la dedicación y compromiso de casi un centenar de vecinos, ya sea como actores o como colabora en el montaje y puesta a punto de escenarios.