Ademus pensó que podría ser una muy buena idea colocarlos en las paredes interiores del torreón. Se han colocado además colgantes con hilos de coco para logar un efecto visual muy atractivo y singular. Además, se ha colocado una especie de campanillas llamadas esquilas y cencerros. Están atadas a la barandilla del primer piso y cuelgan hasta el suelo. Todos los que visitan el castillo pueden tocarlas al entrar disfrutando de sus sonidos melódicos, un efecto que también crea el viento. En el cartel han colaborado los alumnos del CEIP Fernán González, Aspanias y Ademus. Cualquiera que quiera acceder a esta exposición única y más que recomendable debe pedirle las llaves a Begoña en el “Macanas”, el bar de la localidad.