La Romería en Honor de la Virgen de Revenga se celebrará como es tradición el último sábado del mes de mayo, que en este año será en 28 de mayo. En esta ocasión, la labor de organizar, o como se dice tradicionalmente, de ‘capitulear’ le ha sido encomendada a la localidad de Canicosa de Sierra, que será sustituida por Quintanar de la Sierra en la próxima edición. La conocida como ‘Romería de Revenga’ llega el último sábado de mayo, y buena parte de la gente de la comarca se reúne en la pradera. Ya los días anteriores, la pradera empieza a tener más movimiento.
Los de las atracciones y los puestos de venta van preparando el terreno. Grupos de jóvenes de la zona preparan los chiringuitos para dar el servicio de bebidas, a lo que se suman los negocios de la hostelería. El bullicio arranca ya antes del saludo de los pueblos propietarios del monte Comunero.
Engalanados como merece un día grande, los representantes locales acudirán a las 11:45 al tradicional saludo de las cruces y pendones de cada uno de los tres pueblos: Canicosa, Quintanar y Regumiel de la Sierra, en la carretera, junto a la pradera. En la procesión, mujeres vestidas con el traje tradicional llevan la imagen de la Virgen por parte de la Campa, seguidas de la Banda de Música de Quintanar de la Sierra. De vuelta a la ermita, se celebra la eucaristía, con participación de los párrocos de la zona.
De nuevo en la pradera, la Banda de Quintanar de la Sierra brinda un concierto a los presentes, y, posteriormente, es el turno de las danzas. Las tradicionales, con el grupo de Quintanar, y con las más pequeñas embelesando con sus bailes a las madres, familiares y vecinos de la zona. En la pradera se puede disfrutar de una romería tradicional con una amplia variedad de puestos que venden y comercializan productos típicos de la zona. Este año, habrá casetas de comida, un stand de Burgos Alimenta, puesto de venta de almendras y es común que el bar ponga una barra en las que servir bebidas o refrescos.
El vermú se disfruta en los puestos de la pradera. Tras la comida, en el paraje, con muchos rincones ya elegidos año tras año, se juega a las cartas, se aprovecha para echar la siesta entre los pinos, o se acude al Rosario, a partir de las seis de la tarde. Vecinos de toda la comarca llegan a los puestos y se saludan, charlan, beben y disfrutan hasta que se echa la noche. Antes, a las ocho, se hace la tradicional despedida de los tres pueblos. Tras concluir el evento, cuadrillas y jóvenes se quedan en la pradera disfrutando de la música y la compañía