El resultado final es que dos esculturas y algunas partes de la instalación sufrieron daños muy graves y algunas irreversibles. Sin embargo, la creatividad siempre tiene salida para casi todo y en este caso ha servido para volver a crear desde lo que ya había sido destrozado. Una de las esculturas con más daños fue la del esqueleto de un dinosuario en color naranja que el artista burgalés Cristino Díaz había cedido con anterioridad a SalArte.
Al ver los daños, los miembros de la asociación se reunieron y al final decidieron crear otra obra nueva sobre lo que había quedado de la antigua. En este caso la imaginación les permitió volver a crear otra obra de arte que representa a un dinosaurio que está siendo descubierto en una excavación arqueológica. Cristino Díaz estuvo informado desde el principio de todo lo que ocurrió y el mismo dijo que le parecía una idea genial para recuperar su obra destrozada.
SalArte hizo un llamamiento para aglutinar durante el fin de semana un grupo de voluntarios que ayudaran en la restauración de la obra destrozada. Los planes de la Asociación es que la obra pueda estar terminada para la noche de San Juan. Así, para el 23 de junio se ha preparado una noche especial en la que se hará una hoguera y habrá una actuación tributo a Sabina. Si al final se animara mucha gente a participar las actividades para esa noche se podría ampliar.