"Salas disfruta del teatro de calle más auténtico en algunos de sus rincones más bellos en este final del verano"

Anselmo Sainz haciendo teatro de calle en la iglesia de Santa Cecilia de Salas de los Infantes en Burgos.

Nuestros abuelos todavía recuerdan con nostalgia aquellos teatros itinerantes que llegaban a los pueblos en verano. Ocupaban calles, plazas, atrios y cualquier lugar que pudiera servir para representar sus funciones. Y los vecinos disfrutaban, al abrigo de las tardes veraniegas, de obras cómicas, dramáticas, infantiles o de aventuras. Pues bien, por sorpresa, Salas de los Infantes volvió a vivir el verdadero espíritu del teatro de calle al final del mes de agosto. La barraca itinerante (así es como se llamaban) actuó ante un público animoso y sorprendido en el atrio de la Iglesia de Santa Cecilia en Costana y en la Plaza de San Andrés, en el histórico barrio de Santa María

La compañía ya anunciaba en sus carteles que habría teatro, cuentos, ópera, canciones, música y también poesía. Recomendaban además, por comodidad, que cada uno llevará su propia silla. La barraca itinerante cerró su temporada actuando en la residencia de Santa María y en la residencia Río Arlanza. Los actores magistrales fueron en este caso Ana, Margarita, Sesi, Sheila y Anselmo. Nos hicieron descubrir que todos y todas somos grandes poetas desde que somos bebés jugando a la poesía con el corro de la patata, la chata merenguela o el Jesusito de mi vida.

Ana, Margarita, Sesi, Sheila y Anselmo fueron los encargados de llevar a cabo esta maravillosa iniciativa. 

Todas las actuaciones además fueron un rotundo éxito. El público disfrutó muchísimo de un teatro de calle alegre, optimista, inteligente, desenfadado y desafiador. En las residencias, los más mayores pudieron revivir muchos recuerdos de infancia y de juventud gracias a unas actuaciones de enorme calidad. Estas obras sirvieron también para llamar la atención sobre algunos de los rincones más bellos e históricos que tiene la ciudad milenaria.