“Es algo normal que pasa cuando los pueblos pequeños van quedándose sin gente joven. No se puede pingar el mayo sin que haya participación, y este año el día 3 cae en martes y la gente que vive y trabaja fuera no puede venir para la fiesta. Por eso, nos vemos obligados a trasladarla al fin de semana, que es cuando hay un mayor número de personas para colaborar en la pingada”, señala Guillermo Abad, alcalde de la localidad.
El levantamiento del mayo es para esta localidad uno de sus días más importantes del año. Salduero comenzará esta fiesta el sábado a las 11.30 horas con la celebración de la misa en la ermita de Santa Elena (el día 3 de mayo también habrá misa a la misma hora) y la posterior bendición de los campos por parte del párroco, donde es costumbre realizar una ofrenda para pedir buenos frutos y buenas cosechas, además de protección durante el resto del año. Después llegará la pingada que será como siempre en la plaza, frente al Consistorio, y comenzará en torno a las 13.30 horas de la tarde. Una jornada llena de emotividad que concluirá con fiesta en el salón del Ayuntamiento por la noche.
Cada año en esta peculiar y especial celebración, -que se repite en numerosos pueblos de la zona de Pinares-, participan en torno a medio centenar de jóvenes de Salduero. Ellos son los verdaderos protagonistas de esta fiesta porque con sus manos, y con la ayuda de las herramientas necesarias como las aspas y las sogas, levantan un pino que suele rondar los 20 metros de altura.
En Salduero la tradición de pingar el mayo viene de tiempos inmemoriales y nunca se ha dejado de celebrar. En la actualidad se pinga un solo mayo aunque antiguamente se pingaban tres pinos. “Se tuvo que cambiar, a lo mejor también por que nos íbamos quedando pocos en el pueblo”, confiesa un vecino señalando que “ahora de nuevo hay que volver a adaptarse a los nuevos tiempos”.