Hace casi un cuarto de siglo desde que la villa burgalesa de Santo Domingo de Silos recuperó una de sus tradiciones más enraizadas, la denominada 'Fiesta de los jefes'. Durante el último fin de semana del mes de enero, los vecinos de Silos se encargan de recomponer la historia de esta localidad mostrándolo mediante una representación casi teatral a la que cada año acuden miles de visitantes, venidos de distintos puntos de la región.
Los actos de esta fiesta declarada de Interés Turístico Regional comienzan en la mañana del sábado, que en esta edición será 27 de enero. Será al mediodía cuando los hombres del pueblo ataviados con tradicionales capas castellanas vayan a buscar a los jefes a sus domicilios. Allí recibirán sus cargos como 'Capitán', 'Cuchillón' y 'Abanderado'. Una vez completada la comitiva, el gentío se dirige hasta el Monasterio donde se ensalza uno de los vítores típicos de esta fiesta hacia el Dulce nombre de Jesús y de María.
RECONOCIMIENTO AL TRABAJO
Tras los primeros actos se procederá a la lectura del pregón de esta fiesta de los jefes, cuyos encargados este año serán María Elena Esteban y Tomás Pérez. Este matrimonio fueron los antiguos farmacéuticos de la localidad durante los años 90 y unas de las personas que más se implicaron en la recuperación de esta celebración. Actualmente no residen en la localidad pero siguen muy vinculados a ella.
En la tarde del sábado continúa esta histórica fiesta con dos actividades ecuestres. La primera de ellas comienza a las 17 h. y se podrá ver cómo los jefes y otros jóvenes montados a caballo tratan de conseguir las crestas de los gallos que están atadas a una cuerda. Posteriormente se realizará la 'Carrera de San Antón' en la que los jinetes realizarán un recorrido a caballo por el circuito que dibuja el pueblo.
EL ORIGEN DE LA FIESTA
A partir de las ocho de la tarde del sábado se representa el que a juicio del alcalde de Silos, Emeterio Martín, es el "acto central de la fiesta". Bajo el nombre de 'Silos en llamas', las farolas de la localidad silense se apagan y las calles quedan iluminadas únicamente por decenas de hogueras, rememorando así la hazaña que ocurrió en la población de Santo Domingo de Silos durante la invasión musulmana de la península del siglo VIII.
Cuenta la leyenda que cuando los ejércitos califales estaban sitiando la localidad, un vecino de Silos tuvo la idea de provocar un gran incendio que diese la sensación a los invasores de que se habían perdido todos los bienes del pueblo, incitando así a que los musulmanes cejasen en el intento de ocupación del asentamiento al perder el interés en sus posibles riquezas. La tradición dice que así sucedieron los hechos y que los habitantes de aquel Silos de la Edad Media consiguieron que los invasores se olvidasen de aquella villa arrasada por el fuego.
En la representación que se podrá ver el próximo día 27 será un ritual en el que los jefes, montados a caballo y portando antorchas, recorren las calles del pueblo acompañados de decenas de jóvenes, que ataviados con cencerros imitan la estampida de animales tras el incendio. Esta jornada de sábado finaliza con una degustación de caldo en la plaza.
El domingo 28 continuarán las celebraciones, que en este caso están más centradas en la población local. Por la mañana se celebrará una misa dedicada a los difuntos silenses. Ya por la tarde se rezará el tradicional rosario, al cual le seguirá una procesión de letanías acompañadas del sonido tradicional del tambor.
El fin de semana festivo finalizará con un acto celebrado en la plaza de la localidad donde llevarán el protagonismo las mujeres de los jefes quienes, portando la bandera, encabezarán el desfile volviendo a corear las advocaciones del dulce nombre de Jesús y de María.
