Más de un centenar de personas recorrieron las calles de Tolbaños de Arriba para recordar la trashumancia en la ya tradicional 'Despedida de los pastores', jornada que representa el momento en que los pastores abandonaban, al acercarse el invierno, estos montes para aprovechar las condiciones climatológicas más favorables en las tierras de Extremadura.
Ataviados al modo tradicional, los vecinos de Tolbaños de Arriba daban la bienvenida a los visitantes y curiosos. Las mujeres con sus trajes de serranas, sus mejores abalorios y han echado mano de los chales de lana para resguardarse del frío. Los hombres estaban preparados con sus zahones, albarcas, pellizas y zamarras. Todo el pueblo aparecía transformado en lo que Tolbaños de Arriba fue décadas atrás, cuando la vida pastoril era la primera fuente de subsistencia en la comarca.
Desde primera hora de la mañana, se realizó la preparación de unas migas pastoriles elaboradas al modo tradicional, picadas de las hogazas y puestas a remojo el día anterior y cocinadas a fuego de roble lento y volteando con paciencia el calderete. Posteriormente, se cantaba la Salve en la ermita del Salterio, momento que recordaba cómo los pastores pedían buena suerte a la patrona para evitar los múltiples peligros del camino a Extremadura.
Los vecinos se convertían escenas tradicionales en actuales, en el trabajo de la lana, como su lavado, teñido, cardado o hilado. Igualmente, los paneles explicativos ayudan al visitante a entender la trashumancia pero siempre es más enriquecedor preguntar y charlar con los vecinos.
El punto final de esta recreación de la marcha de los pastores es la canción 'Ya se van los pastores'. Esta se entona a la salida del pueblo, donde los pastores eran despedidos con emoción, terminando un programa coordinado por las asociaciones La Piña y El Salterio.