El trabajo de Sara Rupérez León, estudiante de la Facultad de Traducción e Interpretación del Campus de la UVa en Soria, sobre estos usos tradicionales de explotación forestal, ha obtenido Matrícula de Honor
La estudiante del Máster de la Facultad de Traducción e Interpretación del Campus de la Uva en Soria, Sara Rupérez León ha obtenido matrícula de Honor por su Trabajo de Fin de Máster "La traducción jurídica francés-español en el ámbito forestal: un acercamiento a los aprovechamientos madereros tradicionales en España y Francia", en el que realiza un análisis comparativo entre la llamada `suerte de pinos´ que se realiza desde el s. XIII en la comarca soriana de Pinares y el `affouage communal´ de Héricourt (Francia).
Hasta la fecha, nadie había confrontado estas prácticas tradicionales de gestión de recursos forestales que resultan muy similares, según las conclusiones del TFM. Para argumentar esta tesis, la estudiante originaria de San Leonardo de Yagüe, uno de los municipios donde se mantiene esta tradición, hace un estudio pormenorizado, así como traductológico, de la normativa francesa de Héricourt en comparación con la española de San Leonardo de Yagüe. El trabajo incluye un marco histórico-político en el que se señalan los hitos más importantes de la `suerte de pinos´. Entre ellos, destaca su posible origen romano, fruto de su etimología latina que evidencia que estas prácticas pueden existir en otros lugares del mundo.
El estudio con el que se quiere dar visibilidad a esta práctica milenaria, contribuir a su mayor internacionalización, y fomentar la comunicación intercultural entre España y Francia, ha sido tutelado por el profesor de la Facultad de Traducción del Campus de Soria, Miguel Ibáñez Rodríguez y presentado el pasado viernes ante el tribunal que le otorgó la calificación de 9,5.
Suerte de pinos-Affouage
La `suerte de los pinos´ es una forma tradicional de gestión de los recursos forestales y un privilegio de posesión comunal del bosque cuyo origen se remonta a las "Cartas Pueblas", concedidas por Fernando III el Santo en 1288 para fomentar el asentamiento de las poblaciones en la zona. Estos derechos fueron confirmados posteriormente por otros reyes, y han adquirido con el tiempo categoría de derecho consuetudinario.
Se celebra en el mes de septiembre, que es cuando se efectúa un recuento del volumen de leña y troncos sobre el terreno, para posteriormente ser sorteados por cada Ayuntamiento entre los vecinos con derecho a suerte, es decir, aquellos que residan en el pueblo y/o demuestren ser descendientes de habitantes del pueblo y vivan durante unos meses en el pueblo. Además, los usos derivados de esta costumbre como el derecho a resinar o de los salarios de la corta, descortezado, limpieza del monte y acarreo, proporcionan ingresos adicionales a los vecinos de la zona.
Por su parte, el affouage (sinónimo de leña en francés) es la posibilidad dada por el Código Forestal francés de 1827, a un consejo municipal para reservar parte de la madera del bosque comunal para el uso doméstico de los habitantes (calefacción, cocina).