La Escuela de Ingeniería de la Industria Forestal, Agronómica y de la Bioenergía (EiFAB) de Soria desarrolla un proyecto de investigación con el fin de evaluar la respuesta de los montes de Castilla y León al cambio climático y mejorar las predicciones de proliferación de setas utilizando imágenes de satélites.
El proyecto, liderado por el laboratorio de Botánica de la EiFAB y financiado con 120.000 euros por la Junta de Castilla y León, cuenta además con la colaboración empresarial de la empresa Föra Forest Technologies y Spin-Off de la Universidad de Valladolid.
“El cambio climático está afectando de manera notable al funcionamiento de los bosques y, por ello, es imprescindible desarrollar técnicas que nos permitan seguir su impacto a tiempo real”, indicó el investigador y director de la Escuela, José Miguel Olano, quien es, además, miembro del Instituto de Gestión Forestal Sostenible.
El proyecto persigue desarrollar una herramienta virtual que mejore los modelos para predecir la producción de setas. En estos momentos según los investigadores se conocen relativamente bien las condiciones climatológicas que hacen que en un año se produzcan muchas o pocas setas, sin embargo, aún resta por identificar mejor las zonas exactas del bosque en las que fructifican.
Es por ello, que se incluirá información de satélites en las predicciones para afinar mucho más y empezar así a saber en qué zonas del bosque hay más probabilidades de encontrar las especies cada campaña. “Es irónico, pero si el proyecto tiene éxito, mirar al cielo quizá se convierta en una buena estrategia para llevarnos a casa una buena cesta de migueles”, señaló Olano.
Vicente Rozas, otro de los investigadores, significó que el grupo investigador tiene una gran experiencia en reconstruir el efecto del clima sobre los árboles estudiando sus anillos de crecimiento, y agregó que relacionar esta información con los datos de satélite es un reto.
La presencia de un socio empresarial como Föra Forest Technologies con su experiencia en el uso y desarrollo de herramientas tecnológicas entorno a la teledetección les permite afrontar este reto que cuenta, además, con la aportación del investigador Ángel García, especialista en inteligencia artificial.
Otro de los objetivos del proyecto es detectar los daños causados por heladas primaverales, una amenaza creciente sobre las plantas de hoja caduca. El aumento de las temperaturas primaverales está adelantando la brotación de los bosques. Esto podría ser beneficioso, pues más tiempo con hojas significa que las plantas crecerán más. Sin embargo, este aumento de las temperaturas está acompañado de una mayor variación en sus valores extremos. Los episodios de primaveras muy cálidas pueden venir acompañados por bajadas bruscas de temperatura, según los investigadores.
“La noche del 27 de abril de 2017 se produjo una fuerte helada que congeló las hojas y brotes que comenzaban a desarrollarse en los hayedos de la región, muchos bosques se quedaron sin hojas hasta bien entrado el mes de junio. Seguro que nuestros viticultores lo recordarán porque fue el mismo día en que muchos de los viñedos de la Ribera del Duero se congelaron, siendo uno de los principales factores que provocaron que la producción de uva de la última vendimia fuese tan escasa”, relató.
Por estos motivos, el proyecto apuesta por vigilar la incidencia de estas heladas tardías para cuidar tanto la salud de los bosques como la producción agrícola.