El medio centenar de vecinos que viven en el barrio de San Patricio de Vilviestre del Pinar, son cada año los verdaderos protagonistas de este festejo que viene desarrollándose desde hace una década, pero sin perder la verdadera esencia serrana y dejando al moscatel tomar el protagonismo que en Irlanda este día tiene la cerveza.
El 17 de marzo es el día en el que de nuevo vuelven a sacar las capas verdes como manda la tradición de esta jovencísima celebración vilviestrina. Tampoco faltarán las tortas de azúcar elaboradas por la panadería ubicada en el mismo barrio de San Patricio, ni la música de las dulzainas que deleitarán la fiesta que comenzará sobre las doce y media del mediodía con la procesión hasta la iglesia portando a hombros la imagen de San Patricio.
Pero no sólo en lo peculiar de la celebración queda este festejo. La imagen de San Patricio se creó de una forma aún más particular. Es de madera maciza y está hecha con mucha maña esculpiéndola poco a poco con un tronzador pequeño, está pintada con los colores típicos de San Patricio y, por último, está barnizada y bendecida. Su autor e impulsor del festejo fue Ángel García Condado, ya fallecido, y al que cada año en esta jornada se le recuerda con verdadero cariño.
Tras la celebración de la misa, de nuevo tendrá lugar la procesión en compañía de la música de los gaiteros hasta el barrio de San Patricio, donde los vecinos disfrutarán de una comida de hermandad y de la fiesta durante toda la tarde.
Y es que aunque parezca extraño, entre el Santo irlandés y Vilviestre del Pinar existen algún que otro lazo de unión. La madre de San Patricio era pariente de San Martín de Tours, patrón de Vilviestre. San Patricio era un adolescente cuando unos piratas lo secuestraron y lo vendieron a Irlanda. Fue todo un héroe no solo en el cristianismo, sino también en la vida social y política de Irlanda.