sábado. 23.11.2024

Sin saltarnos la madera

Durante los últimos años asistimos a una cascada de propuestas para el aprovechamientos del recurso maderero, 

 

 Y es que esas ideas no dejan de ser una reinvención de usos maderables con el avance de las nuevas tecnologías. Astillas y pellets ya eran conocidos desde antaño, aunque cambien las formas, prensado y presentación. 
La preocupación por la diversificación de los usos de la madera nos hace perder el norte de lo que debe de ser la razón fundamental: la calidad. No ha de importar tanto la cantidad, que es lo que nos quieren hacer creer que es lo básico, como las características singulares del producto, que es lo que muchos pensamos que debe de ser lo ineludible.
Si hace no tanto tiempo nos insistían en la necesidad de empujar en el mismo sentido administración y empresarios, hoy nos da la sensación que prima que produzcas algo, sea lo que sea y como sea, que te hagas emprendedor.
Hoy tenemos ejemplos a tutiplén para confirmar que la madera trabajada tiene un sello de calidad.  Ese marchamo primordial necesita salir al mercado, y aquí es donde nos fallan las fuerzas.
No sabemos comercializar, como se merece, lo que producimos. El mueble es un ejemplo. Además del cambio de tendencias a la hora de elegir el mueble para una casa, estoy seguro que en no pocos sitios de este planeta pagarían bien por poder contar con la garantía y, en definitiva, la calidad, del producto que aquí se fabrica. Estamos hartos de sentarnos en sillas de pichiglás y apoyarnos en mesas que desfallecen.
Tema serrerías. Es una pena que, en tromba y sin freno, aserraderos de la comarca cierren para siempre, sin soluciones ni propuestas, porque el trabajo que han de hacer para convertirlos en rentables pasa por transformarse en un 24 horas sin descanso, ya que en su momento no se subieron al tren tecnológico que marcó el tablón y el palet, siempre de calidad, por cierto.
El ´todo vale` sólo nos sirve para parchear y aumentar la confusión. Si al menos garantizaran trabajo para toda la gente de la comarca, adelante lo que sea. Pero no es así. Tenemos que seguir las pautas que han hecho que el producto  de la zona no tenga parangón como son la calidad certificada y mimada producción, y cambiar nuestra concepción hacia una mayor innovación tecnológica y un marketing adecuado a  las exigencias actuales. De lo contrario, tendremos mucha calidad pero nos la comeremos con patatas, o aprovecharemos todo lo aprovechable, y nos quedamos con no tener nada, eso sí de calidad. 

 

Sin saltarnos la madera