Había dudas sobre el posible estado del UBU San Pablo después de tres semanas sin competir, con varios jugadores que habían pasado el covid-19 y con el resto confinados por precaución. La respuesta llegó de forma clara y dolorosa en forma de contundente derrota en la cancha del Sporting Horneo Alicante (33-27). Los burgaleses no encontraron la clave para meterse en el encuentro, en el que dominó el equipo de casa desde el minuto uno.
El cuadro cidiano comenzó el choque falto de concentración Los rojinegros entraron fríos y los errores se sucedían, especialmente en ataque donde el bloque burgalés no hallaba el modo de romper el cero inicial. No benefició tampoco la causa castellana la tempranera exclusión de Claudio Ramos en el minuto 1:37. Las buenas paradas de Mile aguantaron en parte la salida en tromba de los alicantinos que se desmarcaron con un 3-0 de inicio, lo que obligó a Nacho González a solicitar tiempo muerto en el minuto 8. Las circunstancias se complicaban para los burgaleses con una segunda exclusión del pivote cubano en el 9 de juego. Sin embargo, esta contrariedad marcó un punto de inflexión en la deriva del juego burgalés. Marcos Braga estrenó el casillero cidiano y el suyo particular en el minuto 10 y los castellanos empezaron a ganar algo de confianza, aunque aún con timidez.
Cada acción requería de la máxima concentración y un plus de intensidad para superar al bien plantado cuadro de la Costa Blanca. Con mucho trabajo, los cidianos igualaron en el 18 de juego (6-6) pero la alegría duró poco, ya que cada error era penalizado por los locales, principalmente por Francisco Llopis, que fue el principal anotador en las filas del equipo de Óscar Gutiérrez. De este modo, la renta del Sporting Horneo se llegó a cinco goles cinco minutos después. Se notaba la pesadez de piernas del cuadro y el último tramo del primer periodo, la escuadra castellana solo pudo sujetar la diferencia para que no hubiera distancias insalvables en la reanudación. Así, con un 14-10, se llegó al descanso.
La vuelta a la cancha se complicó nada más arrancar. A la exclusión que ya se arrastraba del anterior tiempo de Raúl Blanco, se sumó la de Cantore en el 31. Aunque el rival vivió una circunstancia idéntica ya que comenzó con un jugador menos y perdió un hombre en el 32. Poco a poco, el cuadro de Nacho González comenzó a recuperar terreno. El amago de renacer cidiano se cimentó en la solidez de su bloque defensivo y en la portería defendida en esta ocasión por Ibrahim. Con la retaguardia bien armada, el ataque se sentía mas confiado para situarse a un gol de distancia en el minuto 38. Pero como sucedió en el primer acto, cuando los de Nacho González apretaban, los locales lo hacían aún más y no tardaron en recuperar su renta. El conjunto castellano luchaba contra su oponente y contra su propia falta de fuerzas, que se apreciaba en el bajo ritmo, muy lejos de la habitual dinámica rojinegra de robo y contraataque. En el 38, la defensa burgalesa cambió a 5-1 para intentar evitar los goles desde el exterior de los alicantinos, pero nada parecía funcionar a los cidianos que se mostraban exhaustos en el último tramo del encuentro. Sin posibilidad de remontar, el UBU San Pablo lo intentó hasta el final, pero pundonor no compensó ni el empuje rival ni la falta de forma propia.
DECLARACIONES DE NACHO GONZÁLEZ
El técnico cidiano, Nacho González, lamentaba tras el encuentro la mala dinámica de su equipo durante los 60 minutos: «No hemos entrado en el partido ni hemos tenido ritmo en ningún momento y eso nos ha ‘matado’». «Nosotros necesitamos tener el ritmo defensivamente y ser ordenados y no lo hemos sido», detallaba el preparador. «El gran problema es que al final buscábamos coger un ritmo sin orden y eso es imposible», añadía. Asimismo, señalaba que a sus pupilos les costó «mucho meter gol, con lanzamientos que no han sido efectivos». Por otro lado, «el arbitraje ha dejado mucho contacto», señalaba el vallisoletano. «Nosotros en ese contacto no hemos estado cómodos», apostillaba. González, no obstante, mira al futuro: «Ahora lo que tenemos que hacer es, en el día a día, intentar recuperar el ritmo. Está claro que este parón nos ha venido muy mal ya que, en cuento a estilo y ritmo de juego, no hemos sido un equipo reconocible», relataba. «Ahora toca, con el trabajo diario, volver a coger nuestro ritmo y a preparar el próximo partido», completaba.
Sporting Horneo Alicante
33
Moreno (4), J. Hernández (3), Villar (5), Padilla, Mancebo (2), González (1), Llopis (10), -siete incial- Martín Vaquera (p), E. Martínez (1), Esteban (1), L. Hernández (1), Delgado, Borrás (1), Dorde, Moll (2), S. Martínez (2),
UBU San Pablo Burgos
27
Mile Mijuskovic, Cantore, Pinillos (6), Juli, Claudio Ramos, Dalmau (1), Juan Tamayo, -siete inicial- Ibrahim, Marcos Braga (1), Espinosa, Raúl Blanco (3), Samuel (6), Ernesto López (6), Javi Rodríguez (2), Torres, Joshua (2),
PARCIALES: 2-0 / 4-0 / 6-3 / 8-6 /11-7 / 14-10 / -descanso- / 17-14 / 19-18 / 22-18 / 26-21 / 29-24 / 33-27
ÁRBITROS: Sergio Gutiérrez y Sergio Martínez. Excluyeron a Moll (Min. 19:18), Esteban (Min. 24:22 y 56:28) y Mancebo (31:34), por parte del Sporting Alicante, y a Claudio Ramos (Min. 1:36 y 8:52), Raúl Blanco (Min. 29:23), Cantore (31:30) y Joshua (Min. 38:03), por parte del UBU San Pablo.
INCIDENCIAS: Partido de la octava jornada disputado en el pabellón Pitiu Rochel de Alicante sin presencia de público.