20 de diciembre de 2019, 10:31
Lo confieso, me encantan las Navidades. Más que la fiesta en sí, todo el previo: las calles iluminadas, la decoración en las casas, las caritas de los niños, pensar el menú y cocinar durante días, buscar los regalos, ir de compras y envolverlos después…
Dicen algunos que son fechas tristes por los que ya no están. Sí, yo también echo de menos a los míos, pero no solo en estas fechas, durante todo el año. Además, pienso que esas personas que nos faltan también tenían sillas vacías en sus mesas, y sin embargo nunca les faltó una sonrisa para nosotros, una mirada de ilusión, nuestro plato favorito en la mesa… Ellos formaron parte de nuestras navidades, igual que ahora nosotros formamos parte de las de los más jóvenes que han ido llegando a la familia. También por ellos celebro estas fiestas, porque están en mi corazón.
Dicen también que estas fechas son un “simulacro” de paz y amor, cuando terminan, todos recibimos un WhatsApp donde nos dicen que ya podemos continuar con nuestra vida normal. Y digo yo… ¿Es que cambiamos en estas fechas? Porque, la verdad, yo soy todo el año igual: intento ser buena persona durante todo el año. A lo mejor algún día soy borde y antipática, no me lo tengan en cuenta, todos tenemos un mal día.
Pero hace unos meses entró una compañera nueva al trabajo que me deja a la altura del mejor “grinch”. Y es que vive una Navidad perpetua. No solo porque le encantan las decoraciones, las lucecitas y el brilli brilli, sino porque es la persona más amable y humilde que he conocido. Siempre tiene una palabra cariñosa para cualquier compañero, dispuesta a echar una mano, colabora en asociaciones de ayuda a refugiados o gente sin hogar… Y aún le queda tiempo para disfrutar de la vida. Creo que en el tiempo que lleva nunca la he visto enfadada, y eso que es la becaria y a veces le tocan tareas que no son, digamos, las más agradables.
En fin, que con ella me ha dado por pensar que todos podemos sacar ese espíritu solidario y amable que llevamos dentro, en cualquier época del año. Así que les invito a probar. Este 2020, intentemos un poquito mejores. Y el próximo Diciembre, hacemos balance, ¿les parece? ¿Trato hecho? Pues… ¡Feliz Navidad!
Dicen algunos que son fechas tristes por los que ya no están. Sí, yo también echo de menos a los míos, pero no solo en estas fechas, durante todo el año. Además, pienso que esas personas que nos faltan también tenían sillas vacías en sus mesas, y sin embargo nunca les faltó una sonrisa para nosotros, una mirada de ilusión, nuestro plato favorito en la mesa… Ellos formaron parte de nuestras navidades, igual que ahora nosotros formamos parte de las de los más jóvenes que han ido llegando a la familia. También por ellos celebro estas fiestas, porque están en mi corazón.
Dicen también que estas fechas son un “simulacro” de paz y amor, cuando terminan, todos recibimos un WhatsApp donde nos dicen que ya podemos continuar con nuestra vida normal. Y digo yo… ¿Es que cambiamos en estas fechas? Porque, la verdad, yo soy todo el año igual: intento ser buena persona durante todo el año. A lo mejor algún día soy borde y antipática, no me lo tengan en cuenta, todos tenemos un mal día.
Pero hace unos meses entró una compañera nueva al trabajo que me deja a la altura del mejor “grinch”. Y es que vive una Navidad perpetua. No solo porque le encantan las decoraciones, las lucecitas y el brilli brilli, sino porque es la persona más amable y humilde que he conocido. Siempre tiene una palabra cariñosa para cualquier compañero, dispuesta a echar una mano, colabora en asociaciones de ayuda a refugiados o gente sin hogar… Y aún le queda tiempo para disfrutar de la vida. Creo que en el tiempo que lleva nunca la he visto enfadada, y eso que es la becaria y a veces le tocan tareas que no son, digamos, las más agradables.
En fin, que con ella me ha dado por pensar que todos podemos sacar ese espíritu solidario y amable que llevamos dentro, en cualquier época del año. Así que les invito a probar. Este 2020, intentemos un poquito mejores. Y el próximo Diciembre, hacemos balance, ¿les parece? ¿Trato hecho? Pues… ¡Feliz Navidad!