La tormenta empezó a media tarde, no sé exactamente en qué momento, porque después de comer, me senté con un té en el sofá y en cuestión de cinco minutos me quedé dormida.
Tampoco sé cuánto tiempo había pasado cuando me desperté, pero la casa estaba completamente a oscuras. Sin embargo, se oían muchos ruidos que venían de la planta de arriba.
No me considero una persona miedosa, pero sabiendo que estaba sola en casa, me preguntaba qué sería ese arrastrar de muebles que parecía venir de la habitación que hay justo encima del salón.
Me levanté a dar la luz, pero para mi sorpresa, el interruptor no funcionaba. Solo entraba la luz de los relámpagos a través de las cortinas, que ondeaban como fantasmas delante de los cristales, como si el viento se colara a través de ellos.
De repente comencé a tener frío. Parecía que una corriente de aire me atravesaba, y caí en la cuenta de que estaba descalza. Ni siquiera había tenido la precaución de coger mi teléfono, así que intentaba tantear entre destello y destello de relámpago, a través de las tenebrosas siluetas de los muebles. Mi objetivo era el cuadro de luces, que se encontraba al lado de la puerta de acceso a la casa.
El camino se me hizo eterno. Por fin llegué al pasillo, y justo al asomarme, oí un fuerte portazo y vi el último destello de luz a través de la puerta. Estaba claro que alguien había entrado. Además, había huellas de zapatos mojados en el suelo de madera.
Me debatía entre subir al piso superior, siguiendo las huellas o volver sobre mis pasos a por mi móvil o al menos, a descolgar el fijo y llamar a alguien.
Opté por esto último, ya que el teléfono estaba cerca de la puerta del salón, por la que acaba de salir. Mi sorpresa fue mayúscula cuando vi que no había línea.
Intentaba encontrar una explicación lógica a todo aquello, un poste caído con la tormenta, un corte de luz por algún rayo cercano… ¿pero las huellas? Estaba realmente asustada.
Finalmente decidí subir las escaleras, siguiendo el rastro de agua que había aparecido de la nada… Un peldaño, dos… arriba se oían ruidos, el arrastre de algún mueble… Último escalón. Un resplandor de luz azul asomaba por debajo de una puerta… Parecía una linterna, porque iba y venía como si la movieran muy rápido… ¿Qué narices era todo aquello?...
CONTINUARÁ