Los expertos dicen que la situación no es comparable. Pero cuidado, los expertos no son dioses que predicen el futuro. Son seres humanos sujetos a las reglas de los hombres. Rusia, uno de los mayores productores de gas y petróleo del mundo, ha invadido Ucrania. Las potencias occidentales tratan de hacerle frente con sanciones económicas de primer nivel. En la agenda europea está dejar de comprarle el gas. La situación ha sacudido los mercados y las potencias europeas comienzan a sufrir. España esta al límite y con razón ante la lógica sublevación de transportistas, pescadores, autónomos, ganaderos, agricultores y en general de todos los humildes trabajadores que levantan económicamente el país. Hablamos de padres y madres de familia que trabajan sin descanso para llevar un trozo de pan todos los días a la mesa. El gobierno no toma nota. No termina de entender la situación. Y así pasan los días y la agonía crece junto con el sufrimiento y la desesperación. La revolución está próxima y espero equivocarme, la estanflación también. El cáncer social, económico y político se ha extendido. Ahora la pregunta es: ¿Tenemos realmente algún tratamiento esperanzador?