Las canteras de Espejón y Espeja de San Marcelino centran la sesión que esta tarde se desarrolla en el Centro de Mayores de Espejón con la proyección de un documental y las explicaciones de profesores de la UNED.
Gozan de fama las canteras de Espejón, que ya fueron explotadas desde la época romana, como lo atestiguan los restos encontrados en las ruinas de Clunia, en el cercano pueblo de Peñalba de Castro. Pero si esto fuese poco, sus mármoles se encuentran en el Palacio Real y en el Monasterio del Escorial, entre otros.
Dos son los tipos de roca que se explotaban: el jaspe rojo y el mármol blanco o beis.
Desde que cerró la cantera, en 2013, Espejón ha perdido población, ya que algunos trabajadores tuvieron que marcharse a otras localidades a trabajar. En aquella época el censo contabiliza unas 180 personas y ahora ha bajado a 150.
Además, no solo se vieron afectados los empleados que trabajaban de forma directa en la misma, sino que, gracias a ellas, se abrieron otros servicios, como un hotel y pequeñas y medianas empresas, que también se vieron afectadas.