Fue el primer día del mes de junio de 1999. Por la tarde, un tornado se cebó con montes de pinos, principalmente de los términos de Navaleno, San Leonardo de Yagüe y Casarejos en la comarca pinariega.
"Yo regtresaba de Duruelo, y a medida que me iba acercando a Navaleno notaba como si alguien o algo hubiera móvido los pinos con especial virulencia, dejando en la calzada la pinocha y restos de pequeñas ramas", comentaba uno de los vecinos de Navaleno que se encontró en aquella tarde con algo insólito, que no recordaba ninguno de los habitantes, ni siguiera habia oído hablar de algo similar.
Este fenómeno meteorológico causó importantes daños en los montescon árboles arrancados de raíz, otros retorcidos y destrozos significativos en el entorno natural. La recuperación de los bosques y áreas afectadas requirió un esfuerzo considerable por parte de las autoridades locales y de las comunidades.
Los vientos extremadamente fuertes pueden arrancar árboles de raíz, quebrar troncos y ramas, y deshojar completamente los árboles. Esto conlleva la pérdida de grandes extensiones de bosque en cuestión de minutos.
La destrucción de los árboles y la vegetación puede alterar significativamente el hábitat de numerosas especies animales y vegetales, afectando la biodiversidad de la zona. La pérdida de la cubierta forestal puede dejar el suelo expuesto a la erosión por viento y lluvia, lo que puede llevar a la degradación del suelo y afectar la capacidad del área para soportar nueva vegetación..La destrucción de recursos forestales puede tener un impacto económico significativo, especialmente en áreas donde la economía local depende de la explotación de los recursos forestales, como la madera.
"Me pilló en la zona de Navalcubillo", comentaba un vecino que an aquellas fechas estaba cuidando del ganado "De repente una nube gris se adueñó de todo, yo me resguardé en un chozo, y a mí no me pasó hada pues fue de más de tres metros sobre la tierra hacia arriba, Duró unos minutos, y luego vi lo que había hecho. No me lo podía creer".
La zona más afectada fue la contigua a la carretera nacional 234, en las cercanías de Navaleno, y el paraje de Navacastellanos entre los montes de Casarejos y San Leonardo de Yagúe. Los pinos quedaron arrancados, amontonados, retorcidos y amputados por encima de una medida determinada.
A lo largo del día siguiente y posteirores, la zona se convirtió en un peregrinaje de gente que no podía dar crédito a lo que veía. Los cáculos apuntaban a unos 18.000 pinos dañados,- en su mayor parte de pino albar-, aunque las cifras pudieron ser mayores en las tareas de reforestación.
La recuperación de los bosques afectados fue un esfuerzo a largo plazo, involucrando tanto a las autoridades locales como a las comunidades en trabajos de limpieza, reforestación y restauración del hábitat natural.
Inmediatamente después del tornado, los técnicos de Medio Ambiente realizaron una evaluación exhaustiva de los daños. Esto incluía la inspección de áreas forestales, infraestructura y propiedades afectadas.Se organizó la limpieza de los bosques y áreas afectadas, retirando árboles caídos y escombros. Este fue un paso crucial para prevenir incendios forestales y facilitar la posterior reforestación.
Los tornados de Sevilla en 1978, Ciutadella-Ferreries (Baleares) en 1992, y Navaleno-San Leonardo de Yagüe (Soria) en 1999 han sido considerados como los más intensos ocurridos en España desde 1978, los tres en el grado F3 de la escala de Fujita. Son tornados capaces de causar víctimas mortales debido a la fuerza del viento, torbellinos de gran envergadura y con una gran capacidad destructiva,
El equipo de investigadores del Instituto Nacional de Meteorología encabezado por Miguel Gayá destacaba, meses después de lo ocurrido en Pinares, que no se trataba de alarmar a nadie, pero es evidente que fenómenos potencialmente destructivos como los tornados deben incluirse en los planes de avisos sobre riesgos naturales, máxime cuando los estudios han demostrado claramente su intensidad.
En el núcleo de Navaleno hubo daños materiales en cristales de varias casas, y se considerá en ese momento que fue toda una suerte que no entrara de lleno el tornado en el pueblo. En una de las viviendas incluso se pintó una imagen en recuerdo de esa ausencia, atribuyéndoselo a San Roque, al que los vecinos veneran todos los años en sus fiestas de verano.
ACCIONES DE RECUPERACIÓN
Se llevaron a cabo proyectos de reforestación para restaurar las áreas boscosas afectada. En algunas zonas,para prevenir la erosión del suelo debido a la pérdida de la cubierta forestal, se implementaron medidas de control de erosión. Esto incluyó la construcción de barreras y la plantación de vegetación que ayuda a estabilizar el suelo.
La recuperación de los montes afectados por el tornado de 1999 en Navaleno, San Leonardo y Casarejos fue un ejemplo de cooperación entre comunidades locales y Medio Ambiente. A través de esfuerzos concertados y una planificación cuidadosa, se logró restaurar gran parte del paisaje forestal y mitigar los efectos a largo plazo del devastador evento natural.
Hoy, pasando por estas zonas apenas queda huella de lo que supuso el tornado en éstas áreas, y los pinos renovados ya tomando fuerza y consistencia para ser parte de esa exhuberante masa forestal.