La iglesia de Santa María se llenó para vivir una jornada de convivencia en un día en el que se recuerda a nivel mundial que todos somos ciudadanos del mundo. Una jornada para reflexionar sobre los movimientos migratorios a nivel mundial y para concienciarnos de que tenemos que ayudar a aquellos que abandonan sus países para tener una vida digna.
«No se trata solo de migrantes» es el lema de la Jornada Mundial del Migrante y Refugiado 2019. Este año se celebra con una novedad: la Santa Sede hacía publico el pasado mes de noviembre la decisión de cambiar de enero al último domingo de septiembre la Jornada, respondiendo a la petición de varias Conferencias Episcopales. Este año será el próximo domingo día 29.
La fecha es distinta, pero el objetivo es el mismo: sensibilizar sobre la acogida a los migrantes y refugiados que «no son un peligro, sino una ayuda que nos enriquece», recuerdan los obispos de la Comisión Episcopal de Migraciones en su mensaje para la Jornada. También reclaman en su escrito que se traten de erradicar y prevenir situaciones de vulnerabilidad o la desatención de los derechos humanos (texto completo en la revista de la campaña 2019).
La Comisión Episcopal de Migraciones, además de seguir actuando en conjunción con la Red Migrantes con derechos, está elaborando este año materiales con la Comisión hermana de la Conferencia Episcopal Dominicana según indicación de la Sección vaticana Migrantes y Refugiados.