El alcalde de Espejón, Enrique Hernández, asegura que la localidad está abandonada por las administraciones(provincial, autonómica y nacional), e insiste que sin el apoyo de ellas para dotarla de servicios e infraestructuras adecuadas es “difícil” que la cantera y su fábrica de transformación vuelvan a abrir sus puertas.
La localidad sufre los envites de la despoblación desde que el negocio que transformaba piedra caliza, que luce en mezquitas, iglesias e, incluso, en el Palacio Real, cerrará y cambiará de manos de forma constante.
En este aspecto, el regidor, que gestiona junto a otros vecinos los intereses municipales a través de una Junta Gestora, asegura que otras empresas de Soria han recibido un fuerte apoyo inversor público cuando peligraba su cierre, e incluso se atreve a asegurar que “siguen teniendo pérdidas” pero las administraciones las mantienen.
Sin embargo, no pusieron el mismo empeño para mantener vivo el negocio de la piedra en la localidad. “Hablan de resucitar al medio rural y es pura demagogia. Aquí nadie se acuerda de nosotros y es imposible que alguien se atreva a invertir en la cartera sin los servicios adecuados. Falta arreglar las carreteras, es decir, que la localidad tenga unas infraestructuras adecuadas y servicios mínimos como internet”, manifiesta.
Hernández, opina no como Ayuntamiento sino de forma personal, que si la cantera fuera viable ya estaría explotándose, y agrega que las corporaciones municipales que le precedieron hicieron todo lo posible “y más” y dieron toda clase de facilidades para que el negocio de la piedra fuera viable.
Desde que cerró la cantera, en 2013, la localidad ha perdido población, ya que algunos trabajadores tuvieron que marcharse a otras localidades a trabajar. En aquella época el censo contabiliza unas 180 personas y ahora ha bajado a 150.
Además, no solo se vieron afectados los empleados que trabajaban de forma directa en la misma, sino que, gracias a ellas, se abrieron otros servicios, como un hotel y pequeñas y medianas empresas, que también se vieron afectadas.
“Como Ayuntamiento sería interesantes que funcionara, ahora bien, entiendo que si fuera viable estaría en funcionamiento”, precisa.
Por su parte, Claudio Bernardo Hernández, que trabajó durante una docena de años en la cantera como empleado , exige a la Junta de Castilla y León que retire la concesión a The King Trust S.LU., con sede en la ciudad de León pero con capital polaco, ya que la no explotación de la cantera está provocando que el pueblo y la zona sufran con más intensidad que nunca los efectos de la despoblación.
“La concesionaria no paga la renta a los propietarios, que percibían alrededor de 6.000 euros al año”, destaca, para reseñar que desde mediados de la década pasada, aproximadamente, “ a pesar de tener muchísimos pedidos” decidió no explotar más la cantera.
En este aspecto, el vecino de Espejón señala que la Junta concedió la explotación de más de 60 hectáreas de la cantera, y tan solo han llegado a dragar una y no entera. “Se tiraron 15 años o más excavando una hectárea. Tenían que haber adjudicado la cantera con concesiones pequeñas para ver si era posible explotarla”, considera.
Bernardo recalca que el mármol de Espejón era de una calidad “sobresaliente” y por ello tenía unos precios elevados. Había de diferentes clases de color crema, amarillo en varias tonalidades y rojas, que se utilizaron en aquella época en una mezquita en Arabia Saudí. “Estuvieron cinco años trabajando solo en ese pedido, pero piezas grandes dimensiones sin ningún tipo de tara”, relata.
Por otro lado, asegura que para abrir la cantera no es necesaria ningún tipo de inversión, ya que tiene materia prima suficiente para poder dragar de forma inmediata.
Con la cantera en plena producción trabajaban 40 personas entre la fábrica de transformación y la cantera, cuenta Claudio,que reseña que los trabajadores, por peligrosidad y por horas extras se podía ganar entre 2.200 y 2.500 euros, unos sueldos que “nada tenían que ver con los percibían los operarios de cualquier fábrica de Soria”.
Antes de que la empresa con capital polaco se hiciera cargo de la cantera, ésta ya fue explotada por el empresario conocido como “el rey del mármol” Tino Macael, que opera en toda España, y después por otro empresario vasco. “Los que más explotaron la cantera de Espejón fueron Tino Macael y el grupo polaco”, reseña.
La catedral de El Burgo de Osma, la del Pilar en Zaragoza, El Escorial, el palacio de Peñaranda la de Santiago de Compostela albergan esta piedra caliza porosa de color roja de “excepcionalidad” calidad made in ‘Espejón’.
“Había días que salían cuatro camiones cargados y cada camión portaba más de 6.000 euros el material “, recuerda Claudio.
La cantera de Espejón está paralizada. No hay trabajo ni extracción, prácticamente desde 2015. La explotación se reanudaba en 2003 tras diez años cerrada.
El mármol rojo de Espejón se empleó en el Palacio Real y el Monasterio de El Escorial de Madrid, en la capilla de Palafox de la catedral de El Burgo de Osma o en el Palacio de la Granja de Segovia, entre otros lugares.
Un estudio realizado en los años noventa del pasado siglo XX apuntaba a que los recursos de la cantera, y al ritmo de explotación que se venia realizando en estos años, se podía extender durante todo el siglo XXI.
