La suerte no se busca, se conquista. Como quién conquista una montaña que siempre creyó inalcanzable. Y es que los sueños sólo se hacen realidad con trabajo, esfuerzo, determinación y mucha dedicación. Caminamos para dejar huellas que respondan quienes fuimos, quiénes somos y quiénes deseamos ser. Begoña entendió que el cambio era la única llave de la puerta hacia su vida y su felicidad. En octubre de 2016 comenzó una nueva aventura profesional como consultora de belleza en “Mary Kay”, una de las multinacionales más importantes de venta directa de alta cosmética. “Comenzó siendo un hobby. Sin embargo, me di cuenta al ser mama que otra mujeres con sus negocios eran dueñas de su propia vida. Tenían más seguridad, autoestima y capacidad de comunicación. Debuté como empresaria siendo la primera en Soria de toda España. Por eso llamé Numancia a mi unidad. Enseño belleza con clases del cuidado del a piel o que muestran cómo aplicarse un buen maquillaje. Asesoro a mis clientas sobre los productos más adecuados o cómo sacarse partido con la línea de color. Lo que quiero es que se vean más guapas y más seguras de sí mismas. Son clases gratuitas. Además dirijo una unidad de 31 profesionales a las que yo formo, guío y apoyo”, matiza Begoña.
El gran poeta Cortez afirmaba que se alcanza el éxito convirtiendo cada paso en una meta y cada meta en un paso. Y es que si la ambición se une a la innovación y a la diferenciación el final del camino es un éxito casi asegurado. Porque al final es el cliente quién determina si tu empresa y tus productos merecen estar en lo más alto del escalafón empresarial.“Esa es nuestra gran diferencia, el trato personalizado con el cliente. Hoy comprar a golpe de clic es muy fácil. Por eso nosotros apostamos muy fuerte por el servicio de consultoría de belleza. Tenemos una oficina en San Leonardo donde organizo las reuniones de unidad con las chicas y las clases con las clientas. Ofrecemos productos de alta cosmética a un precio asequible. Muchos de ellos han sido galardonados en multitud de revistas de belleza, algo que facilita mucho su venta. Estamos presentes en el Burgo de Osma, en San Esteban, en Soria y en general en toda la provincia de Burgos”.
“La pandemia para nosotros fue un reto. Tuvimos que reinventarnos y fue así como comenzamos a darle más valor a las redes sociales y a las vídeo llamadas con lo que fui ampliando la zona geográfica. Afortunadamente ahora la gente tiene de nuevo muchas ganas de disfrutar de la vida cuidándose. El objetivo para mí es claro; seguir creciendo y cambiando la vida de otras mujeres”, explica Begoña. Begoña valora muy positivamente este nuevo reto profesional por el cambio en su vida personal. Ha ganado en capacidad de comunicación, en empatía y sobre todo en confianza en sí misma. “Yo tenía la autoestima muy baja. Por eso la formación que nos han dado en comunicación, eficacia, liderazgo y gestión de emociones ha sido clave para liderar exitosamente mi equipo de trabajo. Internet es un arma poderosa que uso estratégicamente. Tenemos presencia en Instragram donde promuevo mi estilo de vida pensando en que puede ayudar a otras personas. También usamos la red para crear equipo y seguir creciendo dentro de la unidad, matiza Begoña.
Begoña Martínez Gómez con su marido Eduardo, uno de los grandes pilares de su vida.
El pueblo que nos vio nacer está tatuado en nuestro alma y en nuestro corazón. Podemos caminar alejándonos o incluso pensar que podemos olvidarlo, pero la vida vuelve a situar nuestro rumbo en el lugar que vimos y del que nos enamoramos por primera vez. Begoña y su marido Eduardo siempre tuvieron muy claro que vivirían y criarían a sus hijos en su pueblo, en San Leonardo. Para ella al principio no fue fácil. Tenía estudios y un trabajo fijo. Pero su sentimiento de pertenencia a su pueblo y el apoyo incondicional de su familia lo cambiaron todo. “Desde mi experiencia animo a que la gente se quede a vivir en sus pueblos. La calidad de vida es mucho mejor que la de las ciudades y son un lugar ideal si sueñas con tener niños. Yo apenas tardo un minuto en llegar a mi casa desde la oficina y hoy lo he hecho después de correr unos kilómetros por el pinar. ¡Eso, sin duda alguna es vida!.
Vista de San Leonardo de Yagüe
Amar es como respirar, algo dulce y esencial para la vida. Begoña ama con locura a Eduardo, su marido y el gran pilar de su vida. Es natural de Navaleno y Bombero de la Diputación de Soria. Compagina su profesión con la gestión de la empresa familiar dedicada a construcciones y reformas. Eduardo es muy conocido también porque su padre Paulino Herrero ha sido alcalde de esta preciosa localidad soriana. “Eduardo tiene un gran corazón. Se lleva muy bien con la gente. Es muy generoso y activo y una persona muy comprometida. Como no podía ser de otra manera le gusta muchísimo el deporte. A mis hijos, sobre todo a Jimena, les digo que tienen que luchar por sus sueños. Yo vengo de una familia que con valentía y determinación ha sacado sus negocios adelante. Por eso creo en el sacrificio y el esfuerzo para lograr cualquier meta en esta vida. En España nos educan para ser funcionarios y vivir siguiendo un horario. Ese no es mi tipo de vida la verdad. Prefiero ser mi propia jefa y perseguir mis sueños porque si no tengo muy claro que alguien lo hará por mí”, finaliza Begoña