“De mis inicios recuerdo al gran maestro Ricardo el de Contreras. Con él aprendí a esculpir y tallar la piedra. Siempre le estaré agradecido porque le aburrí hasta que pude ir progresando gracias a él. Comencé visitando su estudio y observando con curiosidad y asombro lo que hacía y la verdad es que se me caía la baba. Fue un cantero excepcional al que hay que recordar por sus enseñanzas y fue también un castellano de los de verdad. Recio y fuerte”, comenta Chechu.
El arte de tallar la piedra ya estaba presente durante el paleolítico. En el Neolítico se comenzaron a tallar las primeras herramientas, utensilios y armas muy simples que con el paso del tiempo se fueron perfeccionando hasta ser usada en la arquitectura, esculturas, decoración y joyería. “La talla se hace sobre un cubo de piedra. Primero se dibuja. Después se usa la rotaflex para desgastar y luego se emplean el martillo y el cincel. En mi caso muchos encargos son escudos heráldicos. Primero los dibujo para romperlos y volver a dibujar. Es un proceso muy largo la verdad. A mí a nivel creativo me llena más hacer algo original en barro. Es una técnica muy diferente en la que tienes un tiempo que es rápido y lento a la vez. Al final el barro tienes que trabajarlo a lo largo de días e incluso semanas. Casi el noventa por ciento de la obra de cualquier escultor y modelador es en barro usando escayola”, matiza Chechu.
Acto de "Abraxas" celebrado en el Teatro Auditorio de Salas de los Infantes.
Imagina en un escenario a dos pintores y un escultor que crean sus obras abrazados por la música suave de un piano y una flauta que parecen besarse. Imagina también a un poeta declamando y una bailarina danzando mientras un marionetista te cuenta una historia. Imagina todas las artes unidas en torno a un único objetivo: cambiar el mundo en un lugar en el que el tiempo y el espacio no existen. Pues ese tiempo maravilloso se vivió en Salas de los Infantes el pasado 30 de mayo.
Ana Carol Molinero presentaba con ese espectáculo “Abraxas”, un maravilloso libro de poemas seleccionados durante toda su vida. Y lo hacía acompañada de un elenco maravilloso de artistas de la ciudad milenaria entre los que se encontraba “Chechu” Conteras. Erguido y algo nervioso. Como un niño pequeño que actúa por primera vez. Dando forma mágica a una piececita de barro que cobra vida y comienza a respirar sobre el escenario. Y todo en una noche única, especial e inolvidable. “Ana me invitó y he de reconocer que fue una velada maravillosa. Demostramos el gran nivel de artistas que tiene Salas de los Infantes y también que es más que posible combinar todas las artes al mismo tiempo y en el mismo lugar. Creo sinceramente que es para tomar nota y volverlo a hacer”, explica Chechu.
"Chechu" Contreras esculpiendo durante el acto cultural (Foto de Aquilino Molinero)
Definir al artista es en sí un reto apasionante. Lo hizo de forma magistral Pilar Alonso Abad, profesora de Historia del Arte en la Universidad de Burgos. Fue para la muestra expositiva titulada “Décimus” que daba a conocer su obra en el décimo aniversario en el Consulado del Mar en la ciudad del Cid. “Su incesante interés por la experimentación en las nuevas técnicas y formas plásticas pronto definieron lo que serían los pilares de su producción: la imaginación, la inspiración, la interpretación y la creación. Toda la obra como producto nacido de sus manos muestra la íntima relación con su personalidad y revela su riguroso y preciso trabajo. Así se hace patente en la técnica utilizada y en los materiales e instrumentos empleados. El acabado, el formato, la expresividad y el estudio pormenorizado del lugar de destino. Todos estos factores conjugan su estilo ecléctico. Su creación se debate entre la figuración y las formas inspiradas en los muy diversos movimientos artístico contemporáneos, fundamentalmente el realismo y el expresionismo y la abstracción.
Busto de Ángel García el "Sorejo", que fue uno de los grandes impulsores de la Asociación de Amigos del Castillo de Castrovido.
Adora el trabajo de Giacometti y de Oteiza y las líneas más figurativas de Joaquín García Donaire. Hasta ahora ha expuesto en Salas de los Infantes, Ágreda y Madrid así como en San Agustín y en el Consulado del Mar en Burgos. Cree honestamente que es el público el mejor juez y que el artista debe trabajar para la gente. “Hay veces que no he vendido nada pero soy feliz si la gente disfruta con una exposición. Una de las obras que más impacto tuvo fue la guitarra de Cadaqués. Está inspirada en el cuadro “La persistencia de la memoria” de Dalí y estuvo seleccionada en la ciudad de Barcelona”.
Escultura dedicada al gran ciclista Talamillo y que está situada en el Boulevard de Burgos.
“También siento orgullo de los bustos. Son complicados porque hay que darle el acabado y la mirada del retratado. Recuerdo con mucho cariño el de Angel García “El Sorejo”, que fue uno de los grandes impulsores de la Asociación de Amigos del Castillo de Castrovido. También guardo un gran recuerdo de Serna, que fue el abad de Santo Domingo de Silos. Fue un gran impulsor del monasterio a través del canto gregoriano y de su amistad con José María Aznar entre otros políticos”, argumenta Chechu.
Los "bonsais" son una de las grandes aficiones de Jesús Contreras.
Chechu es un hombre muy familiar. De sus padres recuerda con orgullo que eran dos muy buenas personas. Todo lo que es el a día de hoy se lo debe a ellos. De Raquel, su mujer, valora que es una gran amiga, una buena madre y una magnífica esposa. Tienen dos hijas: Noah y Ara en honor a la maravillosa película romántica el Diario de Noah y al violinista Ara Malikian. “También me ha gustado mucho siempre practicar deporte. Sobre todo correr y he jugado mucho al fútbol en el Polideportivo y en el Racing de Salas. También tengo varios bonsáis. Comencé al mismo tiempo que con la escultura. Me chifla el arte de la contemplación y de la paciencia de los japoneses. Espero que mis niñas puedan seguir porque está claro que los árboles van a aguantar más que yo”, matiza Chechu.
Su "Guitarra de Cadaqués" fue la sensación en una exposición en Barcelona.
Terminamos la entrevista y me invita a un maravilloso café. En la retina y en el alma una conversación que daría para al menos otras dos entrevistas con un hombre de valores sólidos que han forjado a un artista ecléctico, único y sobre todo, en el buen sentido, diferente.