Las palabras son como las estrellas. Nos iluminan por dentro para poder ver por fuera. Son hojas dispersas en el suelo que nos sonríen y nos indican a donde ir. Tal vez por eso la literatura haya sido uno de los grandes motores del progreso del hombre y de la humanidad. Y es que han sido las letras las que nos han ayudado a ser mejores como hombres y como sociedad. Tal vez por eso el Ayuntamiento de Vilviestre del Pinar junto con la Asociación Cultural Zarracatanita decidieran organizar un taller de escritura de relato corto en la localidad serrana. Para ello pensaron en alguien idóneo que pudiera impartir el taller en Vilviestre. Fue así como contactaron con Teresa Benito Chicote, vecina del pueblo y profesora de lengua y literatura. El objetivo cultural inicial era el de atraer al pueblo a todo aquel que quisiera profundizar a la hora de aprender a escribir un relato corto.
Y es que para redactar este tipo de relatos se necesita profundizar en algunas estrategias literarias necesarias para escribir con creatividad empleando pocas palabras. Así la convocatoria del pasado 21 de septiembre fue todo un éxito. Teresa Benito Chicote había preparado a conciencia el taller para que al final todo saliera a la perfección. Al final fueron 15 personas llegadas de varios pueblos de la sierra y de Burgos las que participaron en el taller. “Pensaron en mí y me enorgullece la verdad. Yo les hablé de la literatura a lo largo de la historia. De cómo los relatos habían pasado de generación en generación. Al final la idea siempre fue aprende a contar una buena historia con pocas palabras. Una historia con un buen inicio, un desarrollo y también un final y siempre con un conflicto que la mueva comentó Teresa.
Por eso, ante el éxito del primer taller impartido en Vilviestre el pasado 21 de septiembre, de nuevo desde el Ayuntamiento de Vilviestre junto con la Asociación Cultural Zarracatanita se ha pensado en organizar un segundo taller. Tendrá lugar el próximo 12 de octubre y se desarrollará entre las 17:30 y las 20:30 en la Casa Fundación de Vilviestre del Pinar. “Es un privilegio poder seguir impartiendo talleres de este tipo y más en mi pueblo. Por eso he estado trabajando intensamente en este segundo taller y quiero hacer cosas diferentes. Para empezar deseo salir a la calle para que los alumnos puedan aprender a observar y también a entender lo que observan.
Y es que si quieres triunfar escribiendo tienes que conseguir que las palabras evoquen imágenes y que estás imágenes además tengan un sentido y muevan la escritura. Es en el fondo un ejercicio en el que tienes que escuchar e interiorizar para después saber cómo llevar todo eso al papel. También quiero emplear música en este segundo taller. La música nos ayuda a relajarnos y a estar tranquilos y son esos estados de consciencia los que nos permiten descubrir los tesoros que guardamos en nuestro interior. Ese es el lugar donde yo quiero que mis alumnos lleguen. Ahí están las claves para escribir bien”, finalizó Teresa.
El amor de Teresa por las letras siempre fue incondicional. Hasta el punto de dedicar su vida a la enseñanza de la lengua y la literatura. Comenzó muy jovencita enseñando en los pueblos más pequeños de Burgos. Después la vida la llevó a Madrid donde trabajó enseñando a gitanos e inmigrantes. Vivió también una época de su vida en Tenerife donde vivió algunos de los mejores años de su vida. Tras la muerte de su madre decidió regresar a la península y terminó jubilándose en Burgos, la histórica capital del antiguo reino de Castilla. De Vilviestre del Pinar, no pudo resistir la llamada del Ayuntamiento de su localidad y de la asociación Zarracatanita para impartir el taller. “Lo cierto es que todos los asistentes estaban muy motivados. Tenían muchas ganas de aprender a escribir. Y esa motivación se contagia, por lo que fue muy cómodo poder dar ese primer taller.
Al final del mismo les pregunté si les había gustado el taller y si quería seguir. Todos comentaron que les había encantado y que se les había quedado corto. Por eso, ni me lo pensé. Volví a hablar con los organizadores y decidimos que lo más lógico es que tuviera continuidad. Lo cierto es que se necesita bastante tiempo para enseñar las técnicas creativas que se requieren para escribir relatos cortos exitosos”. Y es que Teresa cree que actualmente las nuevas generaciones leen menos. “Están pendientes todo el día de internet. Por eso hay que seguir estimulando la lectura y también la escritura. Leer no sólo aporta cultura, también ayuda a viajar y a vivir de otra manera estimulando la imaginación. Yo misma sigo aprendiendo y sigo yendo a la escuela de escritores todos los martes. Es el vicio mas sano que tengo y no lo quiero dejar”, concluyó Teresa.