En México el amor llega a su vida. Conoce a un joven de Durue
Sandra en su casita de Valdepez donde suele pasar mucho tiempo con una de sus grandes aficiones, las manualidades.
“Por lo general suelen ser patologías osteomusculares. La clave de mi trabajo pasa siempre por valorar bien el origen de las contracturas. Suelo comenzar de forma manual cuidando al máximo el tejido muscular. Y así con las manos trato de ir liberando esa contractura aplicando técnicas específicas. Si por lo que sea observo que hay una inflamación y que no puedo eliminar el problema de forma manual es cuando aplico un equipo especializado para la lesión”. El destino es quien ha baraja-do las cartas en la vida de Sandra Patricia. Sin embargo, es ella quien está jugando la partida en una vida en la que se ha vuelto a enamorar. Ricardo, su nueva pareja, vive junto a sus padres en Babadillo del Pez, uno de los pueblos con más encanto del Valle de Valdelaguna en plena sierra de la Demanda.“
Me siento querida, arropada y muy integrada. Y ese cariño es muy importante para mí y más al estar lejos de mi familia y de mi país. Estoy tratando de traer a mis padres que antes de la pandemia siempre me visitaban una vez al año. Quiero que vengan más a menudo y que puedan compartir aquí conmigo mi felicidad”. En la actualidad, la España Vaciada trata de luchar contra sus propios fantasmas para convertir-se en la España de las oportunidades. Porque los pueblos pueden ser el lugar perfecto para iniciar una nueva vida buscando alcanzar nuevas metas y sueños personales y profesionales. Y Sandra es un claro ejemplo de una emigrante y emprendedora audaz, optimista valiente que es feliz gracias a la realización de sus objetivos personales y profesionales. “Me gustaría animar a la gente más joven y a los emprendedores a quedarse en los pueblos. Necesitan un proyecto vital serio en el que detecten una o varias necesidades que puedan solucionar. Y también, no nos engañemos, tiene que gustarle la vida en los pueblos y lo que estos pueden ofrecer”, matiza Sandra. Dicen que si un barco es capitaneado por una mujer siempre será capaz de navegar por muy fuertes que sean las tormentas.
Sandra con sus suegros Pili y Celestino en Valdepez.
Sandra es una mujer luchadora y valiente que ha encontrado su camino en la vida. Valora a las mujeres serranas por su coraje y determinación y también por sus valientes historias de vida que la sorprenden y la motivan cada día. “Porque lo que si tengo muy claro ahora es que detrás de mi amor por la comarca están todas las mujeres que me han cuidado y han creído en mí. Su apoyo ha sido fundamental para que yo haya decidido vivir en la comarca de Pinares”, argumenta orgullosa. Sandra sigue soñando con un mundo mejor y más bonito. Quiere crear un proyecto de voluntariado para ayudar a la gente más mayoren todas sus necesidades. “Me gustaría aportar mi granito de arena para acompañar a muchos ancianos que se sienten solos y están deprimidos. Al fin y al cabo, a nuestros mayores les debemos nuestro presente, nuestro pasado y nuestro futuro. Por eso debemos cuidarlos igual que ellos cuidaron de nosotros”, finaliza Sandra Patricia
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