viernes. 22.11.2024
Sandra viajó de Colombia a México y después a Duruelo de la Sierra para terminar gestionando su clínica de fisioterapia en Salas de los Infantes

"Si tienes un buen proyecto de vida puedes ser muy feliz en un pueblo"

Todos sabemos que nuestro destino no está escrito por-que somos nosotros los que debemos escribirlo. Porque el destino no reina sin la complicidad del instinto y de la voluntad. Y si, es cierto que baraja las cartas, pero al final somos nosotros los que jugamos la partida. El destino y el viaje además son dos hermanos gemelos que comparten corazón y alma. Sin viajar es imposible encontrar respuestas y sin respuestas no podemos saber quiénes somos, de dónde venimos y a dónde queremos llegar. Sandra Carrillo Zuluaga comenzó la búsqueda de si misma los veinte años. Tras estudiar Fisioterapia en su país Colombia, decidió viajar a México huyendo de la pobreza y de la violencia de un país sumido en el caos y la locura. (Fotos de Germán Martínez Rica y Sandra Patricia Carrillo Zuluaga).

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Sandra en su consulta de fisioterapia situada en la calle Jesús Aparicio número 8. (Foto de Germán Martínez Rica)

En México el amor llega a su vida. Conoce a un joven de Duruelo de la Sierra con el que se casa. Ambos regresan al pueblo y durante unos años ayuda en la gestión del complejo de Eco Urbión. “Solo tengo palabras de cariño y agrade-cimiento por el maravilloso trato que recibí. Tras tres años fantásticos gestionando un proyecto increíble decido comenzar de cero y me traslado a Salas de los Infantes para iniciar mi propio negocio de fisioterapia. Fue en 2014. Medí cuenta de que había una necesidad de esta clase de servicios en la comarca y supe aprovechar la oportunidad. Desde entonces puedo decir que me ha ido muy bien”, explica Sandra.

FOTO CIRCULARDicen que, si le sonríes a la vida, esta te devuelve siempre la sonrisa. Y es que el optimismo es la mejor arma para vadear las tempestades del día a día. Una actitud positiva es el mejor talismán para conjurar a la suerte y que ésta esté siempre de tu lado. Y Sandra lo sabe. Por eso sonríe continuamente buscando siempre el cariño y la empatía de aquellos que forman parte de su vida y de su día a día. En el trabajo es puntual y meticulosa, algo que aprecian mucho sus clientes. Muchos además son de la sierra, de pueblos tan históricos, bellos y encantadores como Duruelo de la Sierra, Vinuesa o Covaleda. “Intento ofrecer el mejor servicio posible a mis clientes que, por lo general, son muy agradables y cerca-nos. Esa empatía y cariño me han ayudado mucho a integrarme y sentirme querida y arropada en la comarca. La verdad es que la carrera de fisioterapia es muy exigente y siempre trato de formarme y de ser un poquito mejor en mi trabajo. Además, al llegar la pandemia invertí en un equipo de última generación para la consulta. Y es algo que mis clientes valoran y agradecen”, matiza Sandra Patricia. Inicia su jornada laboral puntual como un reloj suizo. Abre la consulta de nueve de la mañana dos y por las tardes de cuatro a siete. También ofrece sus servicios un sábado al mes. Su primer paso siempre es hacer una valoración meticulosa de la lesión. Después, y siempre dependiendo de la patología, aplica técnicas diferentes.

27 ARRIBASandra en su casita de Valdepez donde suele pasar mucho tiempo con una de sus grandes aficiones, las manualidades. 

Por lo general suelen ser patologías osteomusculares. La clave de mi trabajo pasa siempre por valorar bien el origen de las contracturas. Suelo comenzar de forma manual cuidando al máximo el tejido muscular. Y así con las manos trato de ir liberando esa contractura aplicando técnicas específicas. Si por lo que sea observo que hay una inflamación y que no puedo eliminar el problema de forma manual es cuando aplico un equipo especializado para la lesión”. El destino es quien ha baraja-do las cartas en la vida de Sandra Patricia. Sin embargo, es ella quien está jugando la partida en una vida en la que se ha vuelto a enamorar. Ricardo, su nueva pareja, vive junto a sus padres en Babadillo del Pez, uno de los pueblos con más encanto del Valle de Valdelaguna en plena sierra de la Demanda.“

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Me siento querida, arropada y muy integrada. Y ese cariño es muy importante para mí y más al estar lejos de mi familia y de mi país. Estoy tratando de traer a mis padres que antes de la pandemia siempre me visitaban una vez al año. Quiero que vengan más a menudo y que puedan compartir aquí conmigo mi felicidad”. En la actualidad, la España Vaciada trata de luchar contra sus propios fantasmas para convertir-se en la España de las oportunidades. Porque los pueblos pueden ser el lugar perfecto para iniciar una nueva vida buscando alcanzar nuevas metas y sueños personales y profesionales. Y Sandra es un claro ejemplo de una emigrante y emprendedora audaz, optimista valiente que es feliz gracias a la realización de sus objetivos personales y profesionales. “Me gustaría animar a la gente más joven y a los emprendedores a quedarse en los pueblos. Necesitan un proyecto vital serio en el que detecten una o varias necesidades que puedan solucionar. Y también, no nos engañemos, tiene que gustarle la vida en los pueblos y lo que estos pueden ofrecer”, matiza Sandra. Dicen que si un barco es capitaneado por una mujer siempre será capaz de navegar por muy fuertes que sean las tormentas.

27 ABAJOSandra con sus suegros Pili y Celestino en Valdepez. 

Sandra es una mujer luchadora y valiente que ha encontrado su camino en la vida. Valora a las mujeres serranas por su coraje y determinación y también por sus valientes historias de vida que la sorprenden y la motivan cada día. “Porque lo que si tengo muy claro ahora es que detrás de mi amor por la comarca están todas las mujeres que me han cuidado y han creído en mí. Su apoyo ha sido fundamental para que yo haya decidido vivir en la comarca de Pinares”, argumenta orgullosa. Sandra sigue soñando con un mundo mejor y más bonito. Quiere crear un proyecto de voluntariado para ayudar a la gente más mayoren todas sus necesidades. “Me gustaría aportar mi granito de arena para acompañar a muchos ancianos que se sienten solos y están deprimidos. Al fin y al cabo, a nuestros mayores les debemos nuestro presente, nuestro pasado y nuestro futuro. Por eso debemos cuidarlos igual que ellos cuidaron de nosotros”, finaliza Sandra Patricia

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